Coaching Personal: mi heroína se llama Ana y tiene 9 años. Quizá resulta inverosímil que una pequeña pueda ser la heroína de una coach de cierta edad como yo. Pero así es. ¡Ojala todos los niños (y no tanto) tuviesen su sueño tan claro como Ana! De eso se trata el Coaching Personal.
Era el final del verano. Todavía era necesario el aire acondicionado en autobuses, lugares de trabajo y cafeterías. Madrid es una ciudad poco llevadera en verano. Isabel volvió de sus vacaciones en Asturias con el típico “vacation-lag”, como yo le llamo, aunque no suele verse afectada tanto como otros por esa vuelta a la rutina. Me llamó la atención cuando, contándonos cosas sobre sus vacaciones, mencionó que a Ana, su hija pequeña, se le había ocurrido ser veterinaria tras esa semana de descanso. Isabel iba a pasar por encima de este tema como algo anecdótico, cuando la detuve.
- A ver, Isabel? ¿Cuéntame más sobre eso? _ le pedí que me diera más detalles y antes de que terminase, Ana ya era mi heroína.
Otro crío en su situación seguramente se habría enfurruñado, habría pataleado y sollozado
Otro crío en su situación seguramente se habría enfurruñado, habría pataleado y sollozado y se habría regodeado en su propia desgracia, culpando a sus padres, al cole y al mundo por sus penosos infortunios. Habría llegado a Madrid extenuado y seguramente dormido por el agotamiento, uno de sus padres le habría cogido en brazos hasta depositarle cuidadosamente en su camita y al día siguiente el chiquillo prácticamente ni se habría acordado de los motivos del tremendo berrinche y de seguro no se sentiría ya tan desdichado. Con el paso de los días, seguramente todo aquello quedaría no más que en un capricho de verano que desembocó en una rabieta infantil. Las cosas habrían vuelto a su cauce, a la normalidad.
Pero eso no es lo sorprendente. Lo sorprendente es que desde entonces no ha cesado de contribuir a su propio plan de acción con ideas, que a continuación os detallaré, ni ha cesado en su empeño por ver su sueño realizado, siendo consciente de que las cosas se logran mediante la dedicación, la planificación y, qué duda cabe, la ilusión. Y sigo diciéndole a su madre que eso es Coaching Personal. No así Ana. Pareciera que ya le han dado unas cuantas sesiones de Coaching Personal. Ana, a mitad de camino entre Asturias y Madrid, no sólo se había calmado y sacudido esa tristeza, sino que además no tenía la menor duda de que había encontrado su vocación, se estaba fijando sus objetivos y ¡empezaba a trazar un plan de acción! ¡Eso es coaching! Por supuesto estaba desconsolada y afligida por la separación, pero supo poner esa emoción a trabajar para ella, la utilizó como motivación. Desde ese mismo día su propósito fue vivir en Asturias en un paraje natural como el de las amigas de su madre.
Ana es una niña de gran inteligencia y desde el principio fue consciente de que si quiere convertir su sueño en un objetivo alcanzable, no se trata de, simplemente, desearlo. Se dio cuenta enseguida de que no se trataba de aparecer en Asturias, comprarse una casa y unos animales. Tiene un plan de acción totalmente coherente y al que sigue añadiendo ideas y diferentes opciones.
…[Ana] no ha cesado de contribuir a su propio plan de acción, ni en su empeño por ver su sueño realizado, siendo consciente de que las cosas se logran mediante la dedicación, la planificación y la ilusión.
Lo primero que decidió es que quiere ser veterinaria, porque no solamente le encantan los animales, todos, sino que además tomó conciencia de inmediato de que tendría que vivir de algo, y ¿qué mejor forma de ganarse la vida que haciendo lo que más te gusta?: será veterinaria. Necesitará planificar montones de cosas, como el estilo de la casa, el diseño del huerto para que reporte los máximos beneficios, y los establos. Lo tiene todo pensado y no sólo eso, ya está contratando los servicios de ingeniería de su hermano mayor, Alejandro, que se ha visto felizmente arrastrado por la energía y el empuje de Ana. Por lo que se ve, además de tener las cosas claras, Ana es capaz de transmitir motivación, fuerza y liderazgo, y Alejandro va a diseñar su pick-up, cuya marca ya tienen pensadísima, pero no puedo desvelar aquí por motivos de Copyright.
Afortunadamente sus padres no son de los que habrían intentado disuadir activamente a su hija por culpa de sus propias creencias, ni de los que quizá sin darse cuenta disuaden pasivamente, simplemente ignorando los sueños (ya objetivos) de esa niña. Al contrario, Isabel le hace preguntas y se muestra interesada cuando Ana le muestra el plano que ha diseñado de la casa, el huerto y el establo; la orienta cuando busca en Internet los animales y razas que más le gustan; la ha ayudado haciendo una hoja de Excel poniendo los nombres de los animales en dependencia de la especie y raza; demuestra interés cuando Ana le explica el tipo de decoración que le iría bien a su casa o el tipo de vehículo que ha de tener, que es una pick-up, claro.
El apoyo, la escucha activa, hacer preguntas, mostrar interés, son esenciales en el arte del Coaching Personal, y parece que Isabel lo está ejerciendo con su hija a diario y a la perfección. A la vez Ana es también lo suficientemente activa como para encontrar sus propios recursos, herramientas y motivación, lo que la lleva a, sin saberlo, estar pasando por un proceso de coaching personal.