Como sospechareis, a pesar de ser diabético soy una persona de lo más golosa, cosa que no tiene porque ser una contradicción, necesariamente. El día de hoy os traigo un segundo postre, otra tarta de queso, pero esta vez es algo diferente. Un “poco” más calórica, así que si estás controlando la boca mejor que no sigas leyendo, porque se te hará la boca agua.
Primero, los ingrediente, todo muy básico como siempre:
- Un paquete de galletas María o similar.
- Unos 85g de mantequilla.
- 500g de queso mascarpone.
- 2 huevos.
- Cobertura (mermelada de fresa, frambuesa o cualquier otra).
- Dos cucharaditas de gelatina en polvo.
Necesitaremos, además, una bandeja desmoldable. Las cantidades las estimé para un molde de unos 30-35cm de diámetro, aviso.
Empecemos. Lo primero, trituramos las galletas para hacer la base de la tarta. Yo usé el accesorio picador de la batidora para hacer una especie de harina gruesa, pero cada maestrillo tiene su librillo para estas cosas. Luego, ponemos la mantequilla en un recipiente y la calentamos en el microondas, con cuidado de que no se caliente demasiado (solo derretir). Mezclamos todo, esparcimos la mezcla por el molde, apretando para que quede una superficie compacta y lo metemos en la nevera para que empiece a endurecerse.
Ahora cascamos los dos huevos, separando las claras y las yemas. Montamos estas últimas un poco, y añadimos a pocos el queso mascarpone, mezclando bien. Luego, una vez esté mezclado, montamos las claras hasta que estén bastante duras y con muchas burbujas, para que quede más esponjosa la mezcla. Lo añadimos al queso junto con la gelatina y lo mezclamos.
Vertemos la mezcla de queso y huevo encima de la galleta y, tras alisarlo para que quede bonito, lo metemos de nuevo a la nevera un par de horas para que se endurezca (y no se estropee).
Antes de servir, añadimos la mermelada de nuestra elección por encima y listo, tarta terminada.
NOTA: yo no le añadí azúcar al queso, pero se podría sin problemas. La mezcla es similar a la del tiramisú, así que si buscas encontrarás cantidad de referencias. La mermelada, que en mi tarta es lo que aporta el dulzor, la usé sin azúcar, así que los azúcares casi quedan en exclusiva limitados por las galletas. Las que usé eran integrales, pero con otro tipo seguro que queda mucho más rica, hay quien usa galletas Digestive…
En la tarta de la imagen superior no puse gelatina, ya que no tenía. Queda un poco menos consistente, pero rico igualmente.