Un pueblo, Cofrentes, que se encuentra en el interior de Valencia. De trazado sinuoso, morisco. Que se va elevando hacia su castillo, atalaya que ha contemplado el devenir de los siglos. Un pueblo abrazado por dos ríos que se divierten mezclando sus aguas en algún rincón de sus cauces y que fueron foso natural en las épocas más cruentas. Castillo construido por los árabes sobre un volcán extinguido. Laberinto de sorpresas variopintas, coloristas e históricas. Laberinto de callejuelas, callejones y plazoletas. Pueblo luchador desde hace siglos. Innovador y tradicional a la vez. Con ese aroma a pan de leña que despierta los sentidos. O con esas chimeneas de la central nuclear que rasga la belleza pintoresca de su naturaleza.A Cofrentes hay que ir. No se llega por casualidad. Nos hemos adentrado desde Requena para descubrir los rincones emblemáticos de este pueblo. Algunos, desconocidos. Y tras ese puerto de montaña que nos obliga a no despistarnos ni un momento de sus intrincadas curvas vamos bajando hacia el río Júcar. Merece la pena desviarse hacia el embalse de Embarcaderos, inicio de una ruta fluvial por los cañones del Júcar. Por un paisaje abrupto, navegando, para contemplar hacia las alturas como pudieron vigilar los muros del castillo de Chirel o como protegía a su río la Muela de Cortes. Y si no, para sentarse simplemente en el mirador y dejar que la mirada siga el Júcar hasta que las montañas no nos permitan verlo. O para sentarnos a la orilla del embalse y sentir su quietud.
Seguimos hacia Cofrentes. Mejor abandonar el vehículo a las afueras del pueblo en alguna de las explanadas que tienen reservadas para parking. Y callejear para encontrar esos rincones por los que merece la pena conocer este pueblo. Mejor ascender por sus pendientes calles hacia su castillo. No hace falta más que seguir su presencia y subir hasta la plaza.
A la entrada de la fortaleza vamos a descubrir uno de esos rincones pintorescos. 
Panel a la entrada del castillo.
Un gran mosaico cerámico en una de las paredes del muro. Se trata de una ruta que han creado todos los pueblos del Valle para recordar la expulsión de los moriscos en Valencia. Aquí, solo vamos a encontrar tres de los veintidós paneles que existen. Así que… ¡a buscarlos!Nuestro primer hallazgo es el panel número 17. Dicen que es el más conmovedor. En él se representan a las milicias de Ayora cercando Cofrentes para capturar a 150 moriscos. Con la Muela de Cortes ya invadida por el tercio de Lombardía, a sus habitantes no les quedó más remedio que intentar refugiarse en los pueblos del Valle. Algunos en Zarra, otros en Jalance. Y decidieron huir hasta aquí como último reducto de salvación. Pero llegaron. Y fueron hechos prisioneros o asesinados. Algunos prefirieron la muerte a ser expulsados de las tierras que tanto habían trabajado. Vamos a conocer el castillo. Pero no podemos hacerlo por nuestra cuenta sino a través de una visita guiada que hay que contratar en la Tourist Info que encontramos en la misma plaza. Aunque tenemos que subir por unas empinadas escaleras, pensemos que hace siglos, esto fue una fuerte pendiente para que pudieran circular los carros y pasar las caballerías.


Durante la expulsión de los moriscos de Valencia, muchos vivían en el Valle de Cofrentes. Más de setecientos que se negaron a ser repatriados a Argel. Y aquí se rebelaron. Pero hubo otros. Durante la Guerra de la Independencia, los franceses lo conquistaron y fueron ellos quienes lo incendiaron provocando la desaparición de todos los archivos que aquí guardaban. Y durante las Guerras Carlistas, los muros del castillo ya no pudieron más y comenzaron a derrumbarse iniciando su declive con el tiempo.Ahora, en el centro de la explanada y sobre un montículo vemos la torre del homenaje con un curioso reloj. De planta cuadrada se distinguen restos góticos en sus ventanas. Comenzamos a ascender por una pendiente terminada en codo hacia el segundo recinto del castillo. Esta forma era mortal. Inteligente maniobra constructiva para sorprender a los atacantes entre la curva cerrada y la puerta de entrada al segundo recinto de la fortaleza.





Jota Cofrentina‘La jota cofrentina se bailacon mucho compás.Y si es con gracia y con sal,los pies en el suelono deben tocar,porque parece que quieresechar a volar’. Encontramos el segundo panel cerámico en un precioso mirador, la Era del Chulo. Desde aquí vamos a ver como se funden las aguas de los dos ríos, Júcar y Cabriel.





A unos cuatro kilómetros se halla el Balneario de los Hervideros de Cofrentes. Con aguas termales que mejoran el estreñimiento, las anemias y la desnutrición. Fue muy solicitado a principios del siglo XX por la burguesía valenciana.
Uno de los pequeños recorridos que podemos realizar es la ruta al Cerro de Agrás. Agrás tiene 527 metros de altitud y está considerado como el único volcán de la Comunidad Valenciana.

En su origen tuvo tres chimeneas: Agrás, el pico del Fraile y donde se encuentra asentado el castillo. Para realizar esta ruta debemos salir en dirección hacia Requena y tras cruzar el puente sobre el río Cabriel, tomar un desvío señalizado. Corresponde al sendero PR-CV-379 y tiene unos cinco kilómetros entre ida y vuelta.
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