¨…a lo largo de los años docenas de policías habían muerto a causa de una bomba-trampa. Era una táctica clásica del IRA. Llamabas para dar una información de un asesinato, la policía iba a investigar y tropezaban con una bomba-trampa o los mismos terroristas detonaban a distancia una mina terrestre o una granada de mano casera. A veces plantaban un artefacto con temporizador en un coche aparcado en la calle y así también se cargaban a los del equipo de rescate.¨
Irlanda es una de mis pasiones, seguro que ya os lo he contado por aquí alguna vez, pero como soy un desastre lo repito, es un lugar al que me marcharía a vivir sin pensarlo demasiado. En uno de los momentos más duros de mi vida y al borde del colapso, decidí escapar unos días a Dublín con uno de mis mejores amigos, a recargar pilas y olvidar un poco el mundo. Recorrimos durante diez días muchos rincones de Irlanda, vimos focas, ciervos, bebimos toda la Guinness que fuimos capaces e hice un poco las paces con el mundo. Por supuesto, uno de los lugares de peregrinación para nosotros fue la Guinness Storehouse. Solo dejamos una cosa por hacer, visitar la zona norte.
Por tiempo y dinero no pude ir a Belfast, no pude ver sus murales dedicados al IRA, no pude respirar el ambiente que hay en los diferentes barrios según sean sus creencias, no pude ver las heridas de años de guerra de guerrillas, de atentados. Puede sonar tétrico, pero tengo una fijación por la historia de Irlanda en general y por la de Irlanda del Norte en particular, no soy partidario de terrorismo ni de la violencia, pero la situación de esa parte de Irlanda me fascina. Quizá sea por ser catalán y entender de primera mano lo que es que otro país te tenga sometido a sus reglas.
A lo que vamos. Cuando descubrí la novela de McKinty tuve que comprarla, una trama ambientada en Irlanda del Norte a principios de los 80, en pleno conflicto entre católicos y protestantes, en pleno apogeo del IRA. Era demasiado bueno para no leerlo.
Cold Cold Ground, título que McKinty coge directamente de la canción de Tom Waits, es la primera entrega de la serie del detective Sean Duffy; un tipo un poco arrogante, seguro de sí mismo y sin miedo, nada que ver con todos esos detectives oscuros, alcohólicos y deprimidos. Y lo mejor, Duffy es católico, algo bastante suicida dentro de las filas de la RUC (Policía real del Ulster).
Os pongo en situación. Irlanda del Norte pertenece al Reino Unido desde 1921. Un par de siglos atrás, los nobles irlandeses habían salido huyendo tras perder la guerra contra Isabel I y sus casas y tierras fueron ocupadas por los colonos escoceses e ingleses que habían llegado a la isla. Con el tiempo y la presión no exenta de violencia, los nuevos colonos, protestantes y unionistas, ganaron terreno y dejaron en minoría a los católicos irlandeses. En 1921 y tras muchas tensiones entre republicanos irlandeses y unionistas ingleses se votó en referéndum el futuro de Irlanda; los seis condados que forman Irlanda del Norte y que están bajo la corona del Reino Unido por un lado y el resto de la isla que formaba el Estado Libre de Irlanda por otro, o una única Irlanda libre y fuera de la de la corona inglesa. La mayoría de votos en Irlanda del norte fue protestante-unionista y de esa manera Irlanda se partió en dos.
Desde entonces los republicanos, en su mayoría católicos, no han dejado de pedir la independencia y la vuelta a una Irlanda libre, unida y fuera de la corona británica. Lo más visible de este conflicto que ha durado años son los atentados del IRA (Ejército republicano Irlandés) y su brazo político el Sinn Féin. Pero también hay que contar con los atentados de los unionistas, igual de violentos y sangrientos, formados por grupos paramilitares como el KAI (Kill all Irish), el UVF (Ulster Volunteer Force), el UFF (Ulster Freedom Fighters) o el UDA (Ulster Defence Asociation).
La acción de Cold Cold Ground está ambientada en 1981, principalmente en Carrickfergus, en el condado de Antrim, uno de los seis que forman Irlanda del Norte. Aunque también veremos Belfast, Derry y Larne, entre otros lugares. A principios de los ochenta los atentados son constantes en los dos bandos, el escenario es brutal. Las ciudades se dividen en barrios protestantes y barrios católicos. Para la policía entrar en un barrio católico es exponerse a ser tiroteados, barridos a pedradas, bombardeados o incluso sacados de los coches y ejecutados. La RUC es la policía inglesa y para los republicanos, católicos y simpatizantes y miembros del IRA son el enemigo a batir.
¨Otros dos fuertes impactos en el flanco del Land Rover y balas perdidas resonando contra el pavimento. En un principio la Divis Tower y todo el complejo de viviendas de los Divis Flats pretendían ser un proyecto modelo de recuperación y mejora de barrios deprimidos, pero rápidamente degeneró y se convirtió en un gueto de varios pisos, totalmente controlado por el IRA.
-¿Qué cojones es eso? –gritó Brennan
-Ametralladora calibre cincuenta, jefe-respondió con placidez el sargento Mccallister.-Las vi en el ejército. Inconfundibles.
-¡Madre mía! ¿Y pueden hacer un agujero en la chapa blindada?- preguntó Brennan.
-Tal vez. La verdad es que no lo sé- repuso McCallister.¨
Sean Duffy es católico y trabaja para la RUC, así que es un blanco muy preciado tanto para el IRA, que lo considera un traidor, como para los unionistas que lo odian por católico. Por si fuera poco Duffy vive en un barrio protestante y tiene como vecino a uno de los cabecillas de una de las facciones terroristas más sangrientas de los unionistas.
Mural unionista de la UDA
En ese escenario aparece un tipo muerto con una de las manos amputada y tirada a sus pies. Le dan el caso al detective Duffy, que acaba de ser trasladado a esta comisaría. A los pocos días de este asesinato, encuentran otro tipo muerto en su casa, le han pegado un tiro y también le han cortado una de las manos. Este segundo tipo resulta ser un conocido homosexual de la zona, y tras hacer las autopsias pertinentes e investigar un poco, Duffy se da cuenta de los dos tipos eran homosexuales. Cabe decir, que en aquella época, ser homosexual en Irlanda del Norte estaba prohibido por ley…
Inmerso en estos dos asesinatos, a Duffy también le darán a investigar el suicidio de una chica que ha aparecido colgada de un árbol en una zona de bosque a las afueras de la ciudad. Pero lo que en un principio parece un suicidio no le cuadrara demasiado al detective cuando empiece a remover un poco la vida de la chica.
La trama es básicamente un procedimental donde Duffy ira reuniendo pistas sobre los asesinatos y el suicidio. Pero no es una novela policíaca al uso, puesto que la historia está cargada de contenido social por los cuatro costados. McKinty nos cuenta, entre otras cosas, las huelgas constantes que había en aquella época; de trabajadores de las centrales eléctricas que cortan el suministro a las casas a cualquier hora del día o de la noche, huelgas de los mineros, huelgas de los trabajadores de fábricas colindantes. Huelgas de hambre de presos políticos, el enorme número de parados que hay en las ciudades y el malestar que hay en la sociedad y el incremento de la violencia en las calles.
McKinty no se limita a contar simplemente una historia, si no que cuenta además una parte de la historia de Irlanda del Norte, donde el escenario es uno de sus puntales; su historia, su gente, sus creencias y su idiosincrasia.
En general, Cold Cold Ground es una buena historia, una novela con un estilo sencillo y directo, con toques de humor y con un protagonista que en un escenario así no puede ser de otra manera, un tipo que relativiza su entorno, que sabe que cualquier día puede ser el último y que no se olvida, eso sí, de mirar siempre debajo de su BMW por si acaso. Lástima que en la última parte de la novela, el personaje se le va de las manos a McKinty y pierda un poco la esencia del principio y se convierta en una especie de arquetipo de súper héroe…pero es solo al final…y casi no se nota.
Cold Cold Ground es la primera de las cinco novelas de la serie del detective Sean Duffy, de las cuales en España Alianza ha publicado las tres primeras, de momento.
Adrian McKinty nació en Belfast en 1968 y creció en Carrickfergus, ha estudiado derecho en la Universidad de Warwick y política y filosofía en la Universidad de Oxford. En 1990 se trasladó a los Estados Unidos donde ha vivido en Harlem, Nueva York y Denver. Ha trabajado de camarero, vendedor, guardia de seguridad, barman, dependiente de una librería, entrenador de rugby, profesor de inglés y bibliotecario. Desde 2008 vive en St Kilda, Melbourne, Australia.
Cold Cold Ground
Adrian McKinty
Alianza Ed. 2014
430 páginas.