La Fundación González Allende de Toro ha incrementado su valiosa colección con la incorporación de unas 40 fíbulas celtibéricas, romanas y visigóticas de metal, en forma de omega, pie vuelto o torre y que regaló a la entidad el doctor Luis Alonso Novo.
El historiador toresano José Navarro Talegón, agradeció públicamente la donación de estas piezas arqueológicas que han tenido que ser sometidas a un complejo proceso de restauración porque «estaban en una situación bastante deplorable». Matizó que al tratarse de obras de metal, «los cloruros les aportan un color verdoso que es muy difícil de eliminar». Sin embargo, una vez más, la Fundación toresana ha contado con la colaboración de la Escuela Superior de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de Madrid y de la catedrática, María José Alonso, que aceptaron la propuesta realizada por Navarro Talegón para restaurar estas piezas en los talleres del centro madrileño y garantizar su conservación «durante mucho tiempo». El historiador resaltó la dificultad que entraña la recuperación de estas fíbulas antiguas ya que para eliminar los restos de cloruro los restauradores han tenido que trabajar con un estilete rematado en una aguja y han tenido que utilizar una lupa para intervenir las piezas con una mayor precisión.
Al margen de esta colección, Navarro Talegón, destacó la adquisición de varias pinturas que «pueden contribuir a densificar el patrimonio cultural de Toro ya que hay pocas». Este es el caso de un bello lienzo que representa a un Cristo muerto y a la Virgen secándose las lágrimas con el manto, imágenes principales flanqueadas por San Francisco de Asís y San Bernardo de Claraval en el que destacan «los preciosos blancos», característicos de su autor, el pintor florentino, Vicente Carducho, que trabajó en la Edad de Oro en la Corte de Madrid para Felipe III y Felipe IV y que realizó «una obra impresionante» en el palacio de El Pardo y en varias iglesias y conventos de Madrid. Además dos de sus obras se conservan en el Museo Provincial de Zamora. Este lienzo fue adquirido por Navarro Talegón en una subasta en la galería Alcalá aunque su estado de conservación ha requerido la intervención de un restaurador y, una vez recuperado, será expuesto de forma provisional en La Colegiata de Toro.
Entre las nuevas adquisiciones realizadas por la Fundación González Allende, hay que destacar igualmente, la belleza de unas tablas góticas del siglo XV de la Escuela catalana, pinturas al temple que representan a San Andrés y a San Juan Evangelista, la adquisición de otras dos pinturas románticas que serán expuestas en la biblioteca infantil de la ciudad y de un mueble aparador de cerezo que ha sido instalado en la sede de la Fundación y que será usado para archivar documentos.