A cierta hora del día, a menudo a la misma hora de la tarde, su bebé empieza a llorar desconsoladamente un largo rato, puede que más de tres horas, varios días de la semana durante tres meses o más. Si el bebé esta sano y hemos descartado cualquier problema médico, se trata de un trastorno conocido como cólico del lactante, que es muy usual a partir de la tercera semana de vida del bebé y que acaba remitiendo espontáneamente al tercer mes de edad.
No se han encontrado unas causas claras de este llanto imparable, acompañado frecuentemente de dolores abdominales e hinchazón del estómago por gases, que tanto puede llegar a angustiar a los padres. En algunos casos se trata de problemas digestivos por intolerancia a la leche de fórmula o a algunos alimentos en la dieta de la madre, si el niño es amamantado, o incluso porque el niño engulle demasiado deprisa el alimento. En otros casos no se trata de ningún problema de alimentación sino del proceso de adaptación del niño al mundo exterior, que puede no ser fácil y que el niño manifestará en forma de llanto. Para poder acompañar al hijo en este proceso, cuanto más tranquilos estén los padres mejor. Es importante que tengan en cuenta que el niño se encuentra bien de salud y que se trata de un proceso transitorio que desaparece con la edad.
Consejos para aliviar los cólicos
Aunque cada niño es un mundo y reacciona de una manera diferente, existen fórmulas generales que pueden ayudar al bebé a distraerse o a calmarse durante la fase aguda del cólico. No habiendo unas causas claras, se trata de experimentar y observar su reacción para saber qué puede desencadenar el cólico o como mínimo intentar aliviar su malestar, utilizando algunas estrategias como las que aquí os presentamos.
- Evitar que se llene de gases. Debemos darle el pecho en una postura adecuada o el biberón con la técnica correcta. Podemos intentar que el bebé no tenga gases después de cada toma incorporándolo o caminando con el bebé en posición vertical.
- El movimiento tranquiliza. Mecerlo en los brazos, en la cuna o en una sillita tipo columpio (cuando ya controle la cabeza), así como sacarlo a pasear con el carrito o en el coche puede contribuir a calmarlo.
- Contacto físico. Tenerlo en brazos, mimarlo, acostarnos con ellos, que sienta nuestra proximidad y calor es muy importante para ellos.
- Darle masajes. Aplicar calor en el abdomen del bebé y darle suaves masajes, presionando con movimientos circulares, en el sentido de las agujas del reloj, es un buen truco para aliviar el malestar abdominal y ayudarle a eliminar los gases. También lo podemos acostar en el regazo, estirado boca abajo, y frotarle suavemente la espalda.
- Música. Cantarle o ponerle alguna música que nos resulte agradable puede ser de gran ayuda para relajarlo. Incluso hay quien recomienda colocarlos en la misma habitación donde haya un ruido blanco, como una secadora de ropa, una aspiradora o algo similar. A algunos bebés les tranquiliza el ruido de fondo constante a volumen bajo.
- Mochilas portabebés. Las mochilas portabebés pueden ser de gran ayuda porque el niño se mantiene derecho y además le calma el contacto con los padres. La mochila X-music de Bebemon es una buena opción porque además permite escuchar música, a través del teléfono móvil, el MP3 o el MP4. El efecto relajante de la música, junto con el movimiento del paseo suelen resultar infalibles.
- Crear un ambiente relajante a la hora del cólico. Puesto que los cólicos suelen presentarse a la misma hora del día, podemos anticiparnos creando un ambiente relajante. Un baño antes de la hora crítica, un paseo, música suave… todo ello puede contribuir a mitigar su malestar.
- Infusiones para una buena digestión. Algunas infusiones de hierbas como la manzanilla con anís son buenas para la digestión, pero debemos consultar siempre con el pediatra.