Para desarrollar una idea se da rienda suelta a la creatividad, sin perder de vista las técnicas del escaparatismo, como colocar el producto en el centro óptico de atracción, en el centro de nuestras miradas, posibles compradores.
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Un escaparate tecnológico llamará la atención del público decorado con colores azules y blancos, se recomienda que tenga una luz fría. Los escaparates de ropa son recomendables con una luz media de beis y cremas; y las tiendas de alimentación una luz cálida (del naranja al rojo).
Con el color podemos transformar un escaparate en grande o pequeño, frío o cálido, llamativo o discreto. Por ejemplo a los ojos de los que miramos el escaparate, el color blanco agranda los espacios, el negro elimina perspectivas y el rojo se sale de la fachada de la tienda, súper-agranda.
La seducción en un escaparate se logra tanto por armonía como por contraste. Una joya puede exhibirse sobre una roca y un alimento sobre acero.
Los materiales para decorar el escaparate tienen implícita una carga emotiva: la frialdad de los metales, la calidez de la madera, la suavidad de la seda... Estos materiales provocan diversas sensaciones según las estaciones del año. Mientas el acero y el cristal dan la sensación de frescura en el verano, en invierno aumentan la sensación de frío.