Esta mañana El Periódico publicó un artículo crítico sobre la maternidad. La periodista me entrevistó a raíz de un artículo en este blog. Ella sabía que tengo mi opinión y que no tengo miedo a expresarla. Aún así, al pasarme el enlace, me advirtió que no leyera los comentarios.
Resulta que mi blog es un entorno bastante protegido. A lo mejor me acompañas desde hace años, o has llegado aquí recientemente porque te interesa el minimalismo. Sea cual sea tu historial conmigo: nuestra relación se basa en el respeto mutuo, aunque no siempre estemos de acuerdo.
Evidentemente en el mundo ahí fuera no es lo mismo.
Juzgando sin tiempo de leer
El titular del artículo era " Madres Arrepentidas", una referencia a un libro que trata sobre la maternidad y en la vida moderna. Muchas personas que leyeron el artículo se quedaron únicamente con esta frase, pasando directamente al ataque. Por curiosidad leí tres o cuatro comentarios y decidí que no era mi terreno. No iba a discutir con personas que juzgan e insultan con tanta rabia a una persona que ni siquiera conocen.
Fue una experiencia curiosa: en público, y en el anonimato de internet, todo el mundo se veía con el derecho de insultarme - es tan fácil y tan cómodo criticar. Puedes herir a los demás sin repercusión ni responsabilidades. No creo que estas personas serían capaces de decir a alguien en voz alta lo que ellos mismos escribieron en los comentarios. Frente a la pantalla es fácil olvidar que del otro lado también hay una persona.
Dos verdades que pueden coexistir
Amo a mis hijos. No los devuelvo por nada en el mundo.
Al mismo tiempo, en un mundo paralelo no tendría hijos
Son dos verdades que pueden coexistir perfectamente, porque no tienen el mismo marco de referencia. En el primer caso se trata de mi vida ahora y de mis hijos con nombre y apellido. En el segundo caso se trata de un ejercicio filosófico. El resultado de este análisis es una posición crítica frente a la maternidad en el mundo de hoy - nada más y nada menos.
Quizás hace falta un tema cargado con menos emociones: mi primera carrera fue en Ciencias Políticas y Comunicación. Si pudiera volver atrás, haría matemáticas. Esto no significa que ahora voy a exigir a otros estudiantes de Ciencias Políticas que cambien de carrera, ni tampoco que te voy a juzgar si eres Sociólogo y te gusta serlo. Simplemente comparto mi experiencia cuando alguien con dudas pregunta mi opinión.
Imagino que un artículo titulado "Sociólogos arrepentidos" no tendría tantos comentarios amargados...
¡Gracias por leerme!
Gracias por leer mis artículos hasta el final. Gracias por los comentarios bien pensados y constructivos. Gracias por vivir conmigo tantos experimentos. Gracias por tu curiosidad, por tus ganas de aprender conmigo. Gracias por ser como eres, por pensar antes de escribir, por tu mente crítica e independiente, por tus opiniones.
¡Estoy orgullosa y agradecida de tenerte como lectora! ¡Gracias!