Revista Cultura y Ocio

Comenzar por lo conocido

Publicado el 27 mayo 2010 por Eduardogavin

Comenzar por lo conocido

La exploración del Mississippi por Hernando de Soto. William H. Powell, 1853

Abordar una tarea como la de hablar asi, de sopetón de una ciudad con la producción cultural de Nueva Orleans, es complicado. Por eso he decidido comenzar, además de por las anteriores entradas, por una pequeña introducción histórica sobre la Louisiana, territorio extensísimo que abarcaba desde el Golfo de México hasta Canadá y que ahora se reduce a una franja de costa, con tierra pantanosa en parte y en parte muy fértil, de clima caribeño e imprevisible.Poco se sabe de la historia de Luisiana en España (como se sabe poco de historia en general y, cuando se sabe algo, es peor).El territorio del Mississippi está habitado desde hace algunos milenios por diferentes grupos indios, Choctaw, Natchez, Túnicas, Creeks y Caddos, aunque precisar las nacionalidades exactas es difícil, dado el desconocimiento de las mismas.Los primeros occidentales en llegar a estas tierras fueron los españoles, primero en 1528, una expedición de Pánfilo de Narváez. La expedición, que es una de las más famosas de la Historia en todo el mundo menos en España, insisto, fracasa estrepitosamente y Narváez muere. Posteriormente, un segundo adelantado, Hernando de Soto, cruzará la Florida occidental y la actual Luisiana, encontrando indios tan hostiles, clima tan malo, plagas tan graves, pantanos, selvas e incluso ataques de caimanes que le invitan a desistir y le obligan a proclamar que la dicha tierra es inhabitable, abanonándola los españoles y llevando a que, más de un siglo y medio después, se establezcan villas temporales de franceses, época en que LaSalle bautiza la tierra como "La Louisiane", en honor del Rey Sol de Francia. Iberville fundaría el primer asentamiento fijo en 1699 y Bienville, Nueva Orleans en 1713. Aunque en principio no se consideró como la ciudad más importante, en breve se apreció el potencial de la nueva ciudad como puerto de comercio entre Canadá y el golfo, a través del Mississippi.

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Pierre Le Moyne, señor de Iberville

Comienza aquí una historia de comercio en todos los sentidos posibles. Comienza igualmente la llegada de esclavos africanos y de alemanes y franceses, que se instalaron por las orillas del Mississippi creando las primeras plantaciones de la vega del dicho río del Espíritu Santo, como los españoles lo bautizaron (los franceses lo llamaron de la Inmaculada Concepción). En 1756 estalla la Guerra de los Siete años entre los aliados de Austria (Francia, Rusia, España, Suecia y Sajonia) contra los de Inglaterra (Prusia, Portugal y los Iroqueses). La guerra se extiende a América y la derrota de los numéricamente superiores (proaustriacos) se salda con la pérdida de Canadá por los franceses y de Cuba y Manila por los españoles. Inglaterra cambia estas dos importantes colonias por la Florida, que pasa a control británico. Francia, en compensación por los estragos ocasionados al aliado español, regala a éste toda la región de Luisiana que, tras la pérdida de Canadá, deja de tener el sentido colonial y estratégico que tenía para ellos.

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Bandera de la Luisiana Española

Así comienzan 40 años de dominio real - y no nominal, como antes de la llegada de Francia - de la Corona Española en el territorio de Louisiana, periodo que siendo desconocido por los herederos españoles fue de una importancia incalculable en la Historia Universal, pues fue de allí que el gobernador Bernardo de Gálvez y el país entero financiaron y apoyaron logística y militarmente a las recién independizadas colonias americanas, venciendo a la marina británica en múltiples batallas como la de Pensacola, que rozó lo mítico (el famoso "Yo sólo" del dicho Gálvez) y posibilitando así la aparición del sueño humano tornado país - en aquél entonces - los Estados Unidos de América. Durante los cuarenta años de dominio español, se realiza la organización jurídica y territorial de la zona, así como la revigorización del comercio y la agricultura, basada en la llegada de francocanadienses refugiados, los llamados Acadians (actualmente Cajuns) que importaron su cultura y su cocina, aún hoy presente. Junto a ellos, los Isleños, canarios que repoblaron la zona fronteriza con la Florida y de los que también se conservan muchos trazos culturales y culinários (el ayuntamiento de Nueva Orleans aún se llama Cabildo). Además de ellos, esclavos y hombres libres negros e indios del caribe, muchos huídos de la revolución haitiana, así como africanos originales llegan a Louisiana, importando costumbres, religión, palabras, música, comidas... y creando el caldo de cultivo para el surgimiento de una de las areas más cultas, divertidas y artísticas de todas las que hoy conforman los Estados Unidos. Finalmente, el imbécil de Carlos IV, se dejó convencer por Napoleón de que, si le cedía nuevamente Luisiana, se encargaría de que su familia gobernase en Italia. Además le prometió que, en el caso de Francia venderla nuevamente, ça exclusividad pertenecería tan sólo a España. Y así fue. En 1803, España cede la región a Francia. Por solo quince días. Napoleón había preacordado la venta a los Estados Unidos. Los Borbones.A partir de ahí, y a pesar de la resistencia de la población india autóctona - que servía en el ejército francés y, posteriormente en el español - y la colonial, la zona se va americanizando en lengua y costumbres y es, gracias al Mississippi, el Nilo americano, una de las más ricas del país hasta que en el 1861, los Estados Confederados de América proclaman su secesión. Cuatro años más tarde, el sur es derrotado, la esclavitud abolida y la economía y sociedad sureña olvidadas.Por lo menos, hasta que el arte, la música y la literatura nos los traen de vuelta una y otra vez, pues es además de todo, una tierra histórica, bella, dura y romántica como solo puede serlo una tierra que albergó tantos hechos y hombres heroicos.

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