Revista En Femenino

Comer con los niños

Por Mamaenalemania
Una de las cosas que más me gustan de Alemania es la hora de la comida.
Normalmente se come entre las 12:00 y las 12:30. Hay que tener en cuenta que se entra al trabajo mucho antes que en España (mi marido empieza a las 7:30, por ejemplo, pero a las 17:15 termina), así que también hay que levantarse y desayunar mucho antes.
El caso es que, si todo el mundo come a las 12:00 y esa suele ser la hora a la que comen los niños, significa que se come con los niños. Si son muy pequeños comen antes, claro, pero en cuanto aprenden a coger la cuchara, aunque no dominen el asunto todavía, se les sienta a la mesa con los demás.
A mí personalmente me encanta comer con mi hijo (el pequeño todavía es muy bebé, así que no come con nosotros): preguntarle qué tal en la guardería, enseñarle a comer en directo y con ejemplos, tener que comerme los guisantes aunque no me gusten para que se los coma él también…etc. Pero sobre todo eso, que la comida no sea pura y llanamente alimentarse, sino también un acto social familiar (y además los fines de semana nos podemos echar la siesta tranquilamente todos).
Recuerdo que en España, cuando era pequeña, comí sola con mi hermana muchos años a nuestra hora. Y mis padres a la suya. No tengo ningún trauma por ello ni nada por el estilo, no creo que eso esté mal; es, simplemente, que los adultos comen a las 14:30 y los niños a las 13:00. Y la cena igual. El tema guardería/colegio también influye, claro. Aquí es que terminan a las 12:00, da igual la edad que tengan (una de las razones por las cuales es difícil tener hijos y un trabajo normal por estos lares, por cierto, y da igual la edad que tengan tus hijos) y a esa hora les mandan para casa sin comer.
Comer con niños tiene sus inconvenientes, por supuesto: No se puede mantener una conversación adulta con tu pareja porque se aburren y se ponen a jugar con la comida, si el niño está más revoltoso es probable que tú no pruebes mucho bocado porque tendrás que ocuparte de darle de comer tú…etc.
Es por eso que las cenas sí que las separo. Mi marido y yo cenamos cuando están en la cama ya. Y es nuestro momento. Cenamos lo que queremos (que no tiene por qué ser lo más sano), cuando queremos y podemos hablar de lo que queramos todo lo que queramos sin interrupciones. Esto también pasa en casa de mis padres cuando vamos de visita: las cenas son para los adultos. Pero las comidas también… Y me da penita sentar al niño a comer solo (conmigo, claro, pero yo no como) en la cocina a su hora (mis padres salen a las 15:00 para comer, así que sería casi imposible esperarles). Come más y mejor, lo reconozco, porque mi atención se centra exclusivamente es SU comida, pero ese momento pierde para mí el aura familiar que tiene cuando estamos en casa.

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