A un paso de la montaña de Montjuïc y del barrio de Sant Antoni, el Hotel InterContinental forma parte del puñado de alojamientos que se han atrevido a debutar en Barcelona en tiempos de pandemia. Como cinco estrellas, ello ha supuesto desplegar una oferta culinaria amplia que abarca de su estupenda terraza panorámica a un restaurante gastronómico de primer nivel, Quirat, pasando por sus brunchs dominicales. Estos regresarán este otoño en el restaurante principal, bautizado significativamente con el nombre de Arrel.
Imagen nocturna de la azotea del hotel.Quirat quiere ser una interpretación de autor sobre la tierra y sus productos a través la carta diseñada por el chef Víctor Torres, que dirige y asesora la propuesta. Se articula en función de las distintas temporadas, la proximidad y los proveedores del entorno que “respetan los ciclos de la vida animal y vegetal”.
Torres (Les Magnòlies, en Arbúcies), el cocinero más joven que logró una estrella Michelin, lleva varios meses trabajando para que la cocina sea un referente local, con su apuesta por el producto 10 y la pureza de los sabores.
Menú redondo de noche
Probamos su menú 18K, elegante, seductor, equilibrado para cenar (110 euros). El espacio donde se ubica (con entrada independiente desde la calle también) se vertebró pensando en el concepto gastronómico, la alta cocina y un lujo basado en materiales nobles y espacios generosos. Inspirado en la geometría geológica y las piedras preciosas, acaso peca de cierta frialdad ambiental, que se puede atenuar rebajando la intensidad de la iluminación.
Foie y judías de Santa Pau, en Quirat.En cualquier caso, la experiencia gastronómica no falla. Arranca con un brioche de ‘rillete’ de papada, raya y caviar, una cresta de gallo, romesco y encurtidos y un kvas de remolacha, exhibiendo buen manejo de los ingredientes y la presentación.
Llega el turno del tomate osmotizado con estragón, ajo confitado y anchoa, delicioso y placentero al paladar, aunque posiblemente el bocado más estimulante sea el tartar de cigala, pepino y espinacas.
Bogavante con vinagreta de saúco.También funciona bien el Foie y judías de Santa Pau en escabeche, con texturas que se abrazan con armonía, y también visualmente. Por último, la ronda salada acaba con una muestra de su chuletón de vaca rubia gallega y rábanos, roja e intensa para carnívoros. Los postres se equilibran con el combinado de fresa, yogur y queso azul, al que siguen el chocolate con maíz.
Existe también un menú largo que añade tostada de anguila en su salsa, y bogavante con vinagreta de saúco.
Chuletón de vaca rubia gallega.La propuesta de maridaje que aplaudimos incluye el cava Babot BN, con 15 meses de crianza; el chardonnay Miranda (2021), y como tinto, un Casa Vella (cabernet sauvignon) 2017. Colofón triunfal con Capçanes, una garnacha dulce con DO Montsant.
Uno de los rincones de Quirat, el gastronómico del InterContinental.Enrique Escofet, el director general de InterContinental Barcelona, explica que esta propuesta ‘top’ culmina el repertorio de sabores de la casa, junto al restaurante Arrel, el Cocktail Bar Gebre, el Boira Coffee Lounge, el restaurante 173 Rooftoop Terrace y la Terraza Montjuïc.
Imagen del restaurante Arrels, donde se sirven los brunchs dominicales, los desayunos y los menús de mediodía.173 Rooftop Terrace se ha convertido en pocos meses en nuevo mirador de moda en la ciudad, abierto tanto a huéspedes como público local, se apuesta por una cocina informal con barbacoa. Tapas, burgers y platos para compartir (jamón ibérico, bravas, nachos con guacamole, hummus de boniato…) componen un repertorio muy estival, donde no faltan tampoco platos más poderosos, como la chuleta de 500 gramos o el pescado del día. La experiencia se completa con vistas de 360 grados y está disponible a diario hasta septiembre, de 11.00 a 1.00 horas, con el añadido de música en directo los jueves y pinchadiscos los viernes.
Domingos con festín
En Arrel, que en su carta homenajea al producto estacional y hace especial hincapié en la huerta más próxima, hemos podido probar también el brunch dominical que provoca pasiones y compite con los mejores de Barcelona. Tras un pequeño descanso estival regresará en septiembre.
Área de postres del brunch dominical.El delicioso bufet abarca jamón ibérico con coca de aceite con tomate, quesos con frutos secos, ahumados mediterráneos, steak tartar de ternera, vasitos de temporada, ostras del Delta de l’Ebre, plum cakes, croissants rolls salados, panes, mermeladas y fruta para comenzar.
Tartar de tomate con burrata, en el restaurante Arrel.También hay selección de huevos (atención al mollete con huevo de polleta, sobrasada y queso, y a la tortilla vaga de habitas tiernas….), combinados con beicon, butifarra y otros.
Pero hay que mantener el apetito afinado de cara a los platos principales, que varían según la temporada pero pueden incluir gigot de ternera a baja temperatura, risotto de alcachofas de El Prat mantecado en una rueda de parmesano, pluma ibérica con salsa café de París…, así como los acompañamientos vegetales del momento.
Pescado de longa de Arrel.Antes de llegar a la meta espera una selección de tartas, pasteles, churros, repostería, macarones, torrijas… a discreción.
Barbacoa en el 173 Rooftop Terrace.El montaje, que incluye zumos, selección de vinos y espumosos y, sobre todo, una banda sonora inolvidable a cargo de Sabine van Waesberghe, que justifica una incursión tan gastronómica como sentimental a los pies del pulmón verde de Barcelona.