Cada minuto se suben más de 24 horas de vídeo en YouTube. La cantidad de vídeos debe ser considerable aunque YouTube no desvele el número en sus servidores. Somos conscientes de su influencia, si observamos el crecimiento del comercio electrónico, y el funcionamiento de los motores de búsqueda en el posicionamiento de los sitios web.
Ante la imposibilidad de mantener una presencia en Internet con una página web de la empresa, es necesario realizar un buen trabajo de optimización, asistido de un blog y con presencia casi imprescindible de vídeo. Todo ello, y alguna cosa más, facilitará una buena posición en buscadores y una mejor localización. El resultado será con toda probabilidad un aumento del tráfico hacia su página web. Siempre que este sea el objetivo perseguido.
Son miles de millones de vídeos visionados y el tiempo de permanencia de un usuario viendo un vídeo es mucho mayor que frente a un texto. Sin embargo, el potencial del vídeo se transforma de manera exponencial cuando enlazamos con las redes sociales. Sobre todo por las relaciones de recomendación establecidas entre personas dentro de cada comunidad. Usuarios de smartphones conectados a Internet, con acceso al alcance de su mano.
Una situación que está incrementando el comercio online en todos los países, con aumentos anuales en las transacciones y volúmenes de intercambio sobresalientes. China es un ejemplo con 470 millones de personas conectadas a Internet y un incremento anual del 42% en las compras online. En Europa destaca Noruega con un gasto semestral de 963 € por persona, seguida por Reino Unido con 822 €, Finlandia con 760 €. Respecto a España, el gasto medio en el primer semestre de 2011 ha sido de 434 € por persona. Según un estudio realizado por la empresa sueca DIBS E-Commerce, especializada en pagos online.
Adoptar el vídeo dentro de nuestra estrategia de empresa no debe entenderse como algo complicado y costoso, sino como algo necesario para conectar con mercados que ahora mismo nos desconocen. El comercio online está en proceso de desarrollo y en su crecimiento está utilizando el vídeo como lenguaje universal para comunicar la necesidad de intercambio. En muchos países esta necesidad actúa como generadora de bienestar, descubriendo en la colaboración y el intercambio posibilidades por desarrollar. A pesar que todavía está todo por hacer.
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