Cómics que deberías leer L: Flash, de Mark Waid

De todos es  sabido el enorme impacto que supuso la serie limitada de DC Crisis en Tierras Infinitas en todos los personajes de la editorial, dado que suponía un  nuevo comienzo de su universo y una remodelación completa de los héroes que la protagonizaban. Pero en ningún otro personaje se cebó tanto como en Flash, hasta el punto que el personaje murió, sacrificando su vida para salvar el universo. No fue la única muerte épica, desde luego, (tenemos el ejemplo de Supergirl) pero si la que más repercusiones tendría. Barry Allen había sido el segundo Flash, pero desde el nacimiento de la Edad de Plata era el único Flash. Cierto que existían otros velocistas, pero estaban a otros niveles inferiores en popularidad y protagonismo. Su serie propia hacía tiempo que languidecía, dando en ocasiones un uso absurdo a su velocidad, como atravesar paredes, viajar en el tiempo o a otras dimensiones y cualquier cosa que se le ocurriera al guionista de turno. Era el momento de que el nombre y uniforme de Flash pasara al que hasta ahora había sido su sombra, Kid Flash, Wally West, miembro de los Nuevos Titanes, que estaba siendo muy bien desarrollado por Marv Wolfman en dicha serie.

  Sin embargo, la colección no acababa de despegar, lejos del éxito de las encarnaciones más clásicas de DC como Batman o Wonder Woman, Wally West parecía todavía su sombra, el legado de Barry Allen era demasiado pesado para él (o mejor dicho, para sus autores) Por si fuera poco, los 90 se estaban convirtiendo, sobre todo por culpa de Image, en una sucesión de héroes atormentados, permanentemente furiosos y sin nada detrás, ni historias ni personajes, solo violencia y poses chulas.

  Todo eso cambió con la llegada de un joven autor, llamado Mark Waid. Desde el primer número, tuvo claro que Wally West era Flash, y sus historias estarían encaminadas a demostrarle a todo el mundo esta realidad, y acabar para siempre con la sombra del pasado, con Kid Flash. Para ello crearía todo un entorno familiar, asentando el personaje en su relación con Linda Park, que acabaría en boda, su relación con los familiares y amigos de los anteriores Flash, Gary Garrik y Barry Allen, nuevos personajes, como Impulso, un Flash del futuro y nuevos conceptos, como rebajar los poderes de Flash, o la inventada por Waid “Fuerza de la Velocidad” una especie de energía mística (alguien ha dicho La Fuerza) que es lo que daba a los velocistas sus poderes y que daría mucho juego en el futuro, incluso en la actualidad.

  Mark basaría sus guiones en largas sagas, con episodios de descanso entre ellas, con multitud de sub-argumentos que desarrollaría más tarde y con la evolución constante de personajes y situaciones, muy alejadas de las historias de la época, dos episodios de lucha constante y a por otra cosa. Su etapa fue bastante larga, tendría ayuda también de otros guionistas, como Brian Augustyn, pasaría  cerca de un año de descanso en la serie, donde sería substituido por autores de la talla de Grant Morrison y Mark Millar,  y volvería a la colección con nuevas ideas y planes, hasta su marcha.

  Sin embargo, el baile de dibujantes fue bastante grande, y los diferentes estilos de algunos de ellos perjudicó a la colección, impidiéndole darle un toque de cierta unidad. Para mí, los más espectaculares y que más brillaron fueron los españoles Carlos Pacheco, Salvador Larroca, Oscar Jiménez y Humberto Ramos en algunos de sus primeros trabajos para el mercado americano. Se notan un poco verdes, pero ya dan muestras de su enorme calidad. El tristemente desaparecido y añorado Mike Wieringo, el veterano Paul Ryan y el muy volvente Greg LaRocque hacen enormes trabajos de calidad, deslucido por algunos autores bastante mediocres, incluso malos, de los que mejor no acordarse.

  Toda la etapa del Flash de Mark Waid es muy recomendable, es increíble que permaneciera inédita en España hasta ahora. Suerte que Planeta la publicó integra, incluyendo cruces y anuales, en su colección Universo DC, en 7 tomos. Lástima también que en el nuevo Universo DC estas historias nunca hayan pasado, pero eso es otra historia (de terror creo…)