Una buena parte de los órganos internos de nuestro cuerpo están destinados a un único objetivo: la absorción y aprovechamiento de los nutrientes que nos permiten manternenos con vida.
Desde los dientes, la lengua y las glándulas salivales de la boca, hasta los intestinos, pasando por el estómago, hígado, páncreas, etc. Incluso el corazón, la sangre y los pulmones que nos permiten que los nutrientes lleguen a todas las células y puedan así ser oxidados lentamente para obtener energía, o bien ser metabolizados por diversas vías para el mantenimiento de nuestro organismo.
Todo este complejísimo sistema no surgió repentinamente. Nuestros ancestros evolucionaron durante millones de años hasta llegar a ser quienes somos y hoy día, existen seres humanos habitando todo tipo de ambientes en el planeta Tierra. Estamos adaptados a alimentarnos de muy diversas formas.
Y es que, contrariamente a lo que pudiera parecer, los alimentos no están hechos para que nos los comamos. Somos nosotros quienes hemos evolucionado para poder alimentarnos de ellos. Incluso nuestra cultura, que nos permitió cultivar, críar, seleccionar, preparar y cocinar los alimentos, ha evolucionado con este fin.
Pero, ¿cómo conseguimos todos los nutrientes que necesitamos? Un inuit del ártico, un bosquímano del kalahari o un urbanita del mundo desarrollado, tienen básicamente las mismas necesidades nutricionales, pese a que el origen de sus alimentos sea extraordinariamente diferente.
Gracias a su cultura, adaptada a los ambientes en que viven, es como han sido capaces de localizar las fuentes de nutrientes que completan su alimentación. No existe un único alimento completo para ninguno de ellos. Es gracias a explotar la variedad presente en cada ambiente y a las adaptaciones que han tenido que realizar que consiguen sobrevivir.
Pero sobrevivir no es lo mismo que estar alimentado de manera óptima. Consumir las cantidades de nutrientes necesarias cada día es prácticamente imposible, ni siquiera es natural. Y para eso nuestro cuerpo también se ha adaptado, siendo capaces de almacenar cierta cantidad de energía, minerales o vitaminas para épocas de escasez. Incluso algunos podemos excrearlos si se acumulan en exceso o vienen acompañados de sustancias tóxicas. Así es como podemos hacer frente a desequilibrios alimentarios durante cierto tiempo sin enfermar o incluso sobrevivir algunos días sin comer.
Pero... ¿Y si alguien crease el "alimento perfecto"? ¿Una mezcla estudiada de nutrientes, ni más ni menos, que nos alimentase de manera óptima?Con esa premisa han ido apareciendo recientemente una serie de productos que tratan de ofrecer una forma fácil, rápida, económica y nutricionalmente equilibrada de alimentarse.
El pionero fue Soylent en Estados Unidos, pero después han ido apareciendo numerosos competidores, siendo Joylent el más famoso y veterano en Europa, pero también SoylentLife, Veetal, PureLent, Queal, Jake, Mana, Nano o Bertrand. Cada cual con sus propias características y variedades.
Y lo cierto es que la demanda es grande. Personas con poco tiempo para cocinar o comer y preocupadas por alimentarse correctamente son sus principales clientes.
¿En qué consiste la comida en polvo?
Todos estos preparados se presentan generalmente en forma de bolsitas con contenido en polvo suficiente cada una de ellas para alimentarte por un día completo. Sólo hay que mezclar la cantidad adecuada con aproximadamente medio litro de agua en una batidora, agitar y listo para tomar.
La cantidad depende de tus necesidades calóricas, que puedes calcular fácilmente con distintas aplicaciones o mediante esta página web.
No debemos confundirlos con otra serie de preparados que se venden como complementos alimenticios ya que en este caso se trata de un sustitutivo y no de un complemento.
Hemos probado Joylent
Si te estás preguntando cómo es eso de alimentarse con comida en polvo, he utilizado y sigo utilizando Joylent para sustituir algunas comidas. Personalmente prefiero mezclarlo con leche desnatada ya que me resulta así más agradable. Se ofrece en distintos sabores (vainilla, fresa, chocolate, plátano y mango) todos ellos muy suaves, de modo que el sabor es finalmente muy parecido al de un batido de avena ligeramente aromatizado. No en vano la harina de avena es uno de sus ingredientes principales.
¿De qué está hecho Joylent?
Básicamente es una mezcla de harinas de avena y soja, proteína de leche (hay una variedad vegana), semillas de linaza, maltodextrinas, fruta liofilizada y vitaminas. En su página principal puede encontrarse una completa tabla de valores nutricionales y una descripción más pormenorizada de los ingredientes. Ofrece al menos el 100% de todos los nutrientes necesarios para el cuerpo humano, incluyendo micronutrientes, ácidos grasos esenciales y fibra.
Ventajas
- Es rápido de preparar.
- Es económico (unos 2€ por batido para una comida completa).
- Es nutricionalmente equilibrado.
- Tiene un sabor agradable.
- Puedes calcular fácilmente la cantidad exácta de calorías que consumes
- Sacia y elimina la sensación de hambre como cualquier otra comida.
- No ensucias y puedes tomarlo en cualquier parte.
- Se conserva bien en su bolsa, sin necesidad de frío, hasta 6 meses.
- Existen variedades para deportistas y para veganos.
Inconvenientes
- No está pensado para mujeres embarazadas ni niños.
- De momento hay que adquirirlo online (alguna tienda en Madrid ya lo vende en botella).
- Se pierden buena parte de los placeres asociados a la comida.
- Puede contener alérgenos para las personas sensibles a ellos.
¿Puede alguien alimentarse exclusivamente de JoyLent?
No son pocos quienes cuentan su experiencia en Internet con estos alimentos. Uno de los artículos más documentados es éste de hipertextual donde cuentan la experiencia en primera persona de alimentarse durante un mes completo exclusivamente a base de JoyLent (análisis sanguíneos incluidos).
Sin embargo alimentarse a largo plazo exclusivamente a base de este tipo de preparados posiblemente no sea una buena idea. Nuestros conocimientos sobre nutrición no son completos y desconocemos aún muchas de las interacciones entre los distintos alimentos que ingerimos. Además, es habitual que los expertos no se pongan de acuerdo en las cantidades recomendadas de algunos nutrientes. Por no hablar de que prácticamente todo lo que comemos tiene algún tipo de toxicidad, una de las razones por las que la dieta debe ser lo más variada posible. De este modo evitamos saturar al organismo de un determinado tóxico y le damos la oportunidad de recuperarse.
Además, la masticación es imprescindible para mantenar los dientes sanos a largo plazo.
¿Cuándo consumirlo?
En mi opinión personal, es una opción perfectamente válida para alimentarnos en determinadas situaciones: cuando apenas tenemos tiempo para comer o cocinar, en escapadas a la montaña o en , cuando tenemos dificultades para masticar (dolor de muelas, ortodoncia...) o cuando simplemente estamos demasiado cansados para prepararnos algo y no queremos recurrir a precocinados o comida rápida.
Y tú, ¿has probado la comida en polvo? ¿Tienes curiosidad o por el contrario es una opción que ni siquiera te planteas? Estamos deseando conocer tu opinión en el hilo de comentarios.
Imagen Joven preparando un batido de comida en polvo de Shutterstock