Al salir con el carro lleno, decidimos tomarnos un pequeño descanso, y probar los famosos perritos de Ikea, que servidora no había catado aún, y que I no se creía. Lo que me mató fue la descripción que ella hizo de lo que íbamos a comernos a continuación:
-"Me encantan, son tan de plástico... pero están buenos eh???"
Madre mía, qué miedo. Ya no sé si quiero probarlos... En fin por 3€, que incluye un perrito de "salchicha de plástico" con pepinillos agridulces y cebolla deshidratada y un botellín de agua 50cl; no iba a dejar de probarlo. efectivamente, la salchicha no era nada buena, pero de lo mala que es, ¡crea adicción! Esa sensación de pegarle un bocado y notar cómo se rompe, el pepinillo y la cebolla crujiente...era, cómo decirlo, muy "fast food".