Junto al Hospital de San Bartolomé (el más antiguo de Londres, fundado en el año 1123) se construye el centro Maggie diseñado por el norteamericano Steven Holl. Repartidos por todo Reino Unido y proyectados por estudios como el de Norman Foster, Zaha Hadid, Rem Koolhaas y Snøhetta, entre otros, estos centros sirven de apoyo a los enfermos de cáncer y a sus familiares.
En contraste con la piedra y el ladrillo utilizados en las construcciones circundantes, el nuevo volumen de esquinas curvadas y tres alturas presenta una piel acristalada que envuelve una estructura de hormigón cubierta con bambú.
El diseño de las fachadas evoca pentagramas de la notación neumática de la música medieval, trasladados a una envolvente arquitectónica de bandas horizontales con fragmentos vítreos de diferentes colores. La luz natural se filtra a través de estos paneles inundando los interiores de color. Una vez dentro, una escalera conduce a una cubierta ajardinada y a una sala de reuniones donde se puede practicar yoga o taichi.