Corren tiempos difíciles para el espía. Trabajar en embajadas, servicios de inteligencia, seguridad nacional,… era algo más sencillo el siglo pasado, o por lo menos lo parecía si echamos la vista atrás. Puede que ahora los sentimientos de patriotismo no sean tan fuertes (o tan ciegos) como eran. Al espía actual le cuesta seguir en su puesto y cumplir con su misión viendo como el país al que se debe comete acciones que le avergüenzan. Pero el dilema es grande: seguir tus principios, lo que tu razón te dicta que es lo correcto, y pasar el resto de tus días encarcelado o perseguido, o pasar tu vida con el peso de haber actuado mal cargando sobre tu conciencia.
En la palestra tenemos a dos valientes, con suertes diferentes. Por un lado el soldado Bradley Manning, acusado y juzgado de haber filtrado a Wikileaks vídeos y documentos del ejército estadounidense, referentes a las guerras de Iraq y Afganistan; por otro el analista de la CIA Edward Snowden, habitante temporal de la zona de tránsito de un aeropuerto ruso, a la espera de que algún país se atreva a darle asilo tras haber entregado a los diarios The Guardian y The Washington Post documentos de la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU.
Estos chicos se merecen un ciclo!! Dedicaremos agosto a “Espía como puedas”, intentando conocer la difícil profesión, no sólo del espía, sino también de todo trabajador diplomático sobre el que cae la responsabilidad de mantener las buenas relaciones entre países.
Comenzamos conociendo a nuestro espía más famoso: Juan Pujol, a través del documental ” Garbo, el espía”
Juan pujol era un hombre de vida sencilla hasta el comienzo de la 2ª Guerra Mundial. En 1940 decidió que quería contribuir a mejorar la situación que vivía el mundo entero y se ofreció como espía, primero a los ingleses, que lo rechazaron, y después a los alemanes, que lo aceptaron bajo el nombre de Arabel. Una vez tenía su confianza, pasó a trabajar como agente doble para los británicos con Garbo como nombre clave, consiguiendo mermar acciones del ejército de Hitler. Llegó incluso a convencer al canciller de que el desembarco de las tropas sería en el Paso de Calais y no en Normandía, donde sería finalmente, ayudando al éxito de dicho desembarco, puesto que Hitler redujo el número de tropas en Normandía en favor de reforzar Calais.
Un hombre peculiar, el único que cuenta con distinciones de ambos bandos: la Cruz de Hierro alemana y la Orden del Imperio Británico.
Se alzó con el Goya al mejor documental así que la encontraréis facilmente, tanto en bibliotecas como en portales tipo filmin.es o cineclick.com
Espero que os guste, ¡hasta el próximo miércoles!
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