Revista Infancia

¿Cómo afrontamos las contradicciones?, la Disonancia Cognitiva

Por Sleticias
Imagen Imaginaros que sois unos estudiantes de la universidad que van a participar en un experimento en el que debéis realizar una tarea tremendamente aburrida. Al acabar el profesor os dice que el grupo que espera para realizar la misma prueba no está muy convencido, os dará 1 euro si les decís que la tarea es muy interesante, aunque sólo sea por un euro aceptáis. Pasada una semana el profesor os reúne de nuevo, esta vez junto con otro grupo al que solicitó lo mismo pero compensó con nada más y nada menos que ¡20 euros!.  En esta ocasión, ambos grupos deberéis valorar lo tediosa que os resultó la tarea realizada.
Este mismo experimento fue llevado a cabo por Leon Festinguer en 1957, os animo a pensar unos segundos qué dijeron ambos grupos sobre la tarea… Pues bien,  los sujetos que recibieron una retribución de 20 euros fueron claramente sinceros, indicando que la tarea era un auténtico tostón. Sorprendentemente los sujetos que recibieron un sólo euro aportaron un sinfín de razones para justificar que la tarea en realidad no era tan insidiosa. ¿Pensáis que mintieron o realmente estaban convencidos de sus argumentos?.
Los afortunados sujetos que recibieron 20 euros tenían una justificación extrínseca para la mentira que habían dicho. El otro grupo por el contrario, había mentido por tan sólo un euro, esto les generó cierto malestar mezcla de vergüenza y culpa, para restablecer su equilibrio emocional modificaron sus percepciones sobre la tarea.
La psicología explica este hecho mediante el concepto de Disonancia Cognitiva, al producirse una incongruencia entre dos creencias que una misma persona mantiene se produce malestar psicológico, para calmarlo la persona generará creencias nuevas que reduzcan la tensión hasta conseguir que sus ideas encajen entre sí, restaurando la anhelada coherencia interna. Este tipo de racionalizaciones suelen llevar al autoengaño.
Seguro que conocéis un sinfín de personas que detestan la "telebasura" pero al hablar con ellos descubrís  asombrados que están al tanto de todo lo que sucede en tan denostado universo televisivo: “No vayas a creer que a mí me gusta Gran Hermano ¡qué va!, es que llego tan cansada del curro que lo que quiero es no pensar más”, “yo veo los programas de la prensa del corazón porque a mi mujer le gustan y por no discutir...”, “si es que en la tele no ponen nada bueno y al final cansado de buscar pongo lo primero que sale”…
Los seres humanos reaccionamos a la Disonancia Cognitiva de varias maneras:
-  Mediante la creación de nuevos conocimientos que restablezcan el equilibrio. Una persona religiosa por sus valores morales debería oponerse radicalmente a la guerra, religión y guerra serían dos ideas antagónicas que generarían tensión psicológica pero para reducirla la persona puede introducir nuevos valores que justifiquen su actitud como por ejemplo la defensa de la patria, evitar males mayores…
- Otra forma de superar la Disonancia Cognitiva es alterando la importancia de ciertos conocimientos.
Sabemos que fumar es perjudicial para nuestra salud pero “de algo hay que morir”, o “¿para qué vivir si no se puede disfrutar?” .
- Finalmente, la forma más importante mediante la que hacemos frente a la Disonancia Cognitiva es evitarla, ignorarla, negarse a aceptarla, o simplemente evitar ese tipo de información en general. Por eso por ejemplo leemos periódicos con una línea editorial que reafirme nuestras ideas políticas.
Si prestáis un poco de atención a vuestra conducta o a los comportamientos de las personas que os rodean, descubriréis infinidad de ejemplos. Los seres humanos somos únicos e irrepetibles, pero en algunos aspectos seguimos patrones comunes.
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