Revista Coaching

¿Cómo afrontas tus problemas?

Por Ignacionovo

Autor: Quino.

Es un hecho cierto, que importa más cómo afrontemos los problemas, que la propia dificultad de la situación a la que nos enfrentemos. Siempre es más práctico que nos planteemos qué hacer con lo que nos ha correspondido y nos enfoquemos de inmediato en buscar una solución, que dar vueltas y vueltas al origen del desastre.

No se trata de quitarle importancia a los acontecimientos negativos que nos acontecen, pero tampoco pensar que son punto y final y que a partir de ahí ya nada tiene solución. Cualquier circunstancia es susceptible de ser mejorada y sólo tenderemos a enderezarla, si pensamos que hay soluciones en alguna parte y que nuestro trabajo es encontrarlas. A veces las soluciones se esconden, bien es cierto, pero eso no implica que no estén.

Y sobre todo, cambiemos la perspectiva respecto a lo que nos sucede, porque en nosotros y en nuestra forma de pensar, está la reparación de los desperfectos que nos causa la vida de cuando en cuando.

Traigo hoy hasta el blog una reflexión de Marcelo Perazzolo en torno a los problemas y a su inexistencia. La conclusión es que para solucionar tus problemas sólo tienes que creer en una cosa y afortunadamente sólo depende de ti.

Los Problemas No Existen
En un curso que recibí sobre 'Teoría de las Decisiones', uno de los docentes tenía el siguiente enfoque: 'No existen los problemas, solía decir, en realidad sólo existen hechos o acontecimientos que en nuestro caso particular tienen un impacto problemático.'
Es un error del razonamiento pretender entender el problema como tal, pues este no existe. Lo que debemos entender son los efectos negativos o dolorosos de un hecho y desde allí arrancar con las posibles soluciones.
Lo extraordinario de muchos problemas es que dejan de existir en el momento mismo que no les prestamos más atención o alteramos nuestra escala de valores o de percepción.



Veamos un ejemplo: Lo despiden de su trabajo. Sin duda este si es un problema... ¿Qué pasará con Usted y su familia mañana?, ¿Podrá comer?, ¿Tendrá dónde vivir?, ¿Sus hijos seguirán asistiendo a la escuela?, ¿Perderá la casa cuyos plazos está aún pagando? ¿Qué pasará con su seguro médico?
Ahora bien... y si a esa misma persona le avisamos de que en realidad al día siguiente estaba destinada a ganar un premio millonario y que, de todos modos, iba a dejar su trabajo para dedicarse a disfrutar  de la vida... ¿esa persona hubiese pensado que el despido era un problema? Para nada, simplemente la empresa se adelantó en devolverle la libertad unas horas, cuando de todos modos él lo hubiese hecho al poco tiempo.
¿Captan el cambio de perspectiva y como si bien el hecho (despido) sigue existiendo, el efecto (incertidumbre sobre el futuro) ha desaparecido?
El punto conflictivo en el anterior ejemplo, parece estar dado por el hecho de que es relativamente posible que nos despidan, pero no son tan altas las probabilidades de que ganemos un premio que nos resuelva la vida.
Estoy de acuerdo. Pero ¿qué pasaría si reemplazo el premio con una solución basada en otra hipótesis más probable como esta: - ...y si a esa misma persona le avisamos de que en realidad, luego de unos meses de esfuerzo y zozobra, iba a ser capaz de generar un negocio muy rentable que le permitirá multiplicar los ingresos que antes tenía... ¿Acaso el resultado no sería el mismo?
¿Si alguien le hubiese garantizado que después de unos meses de esfuerzo y zozobra iba a estar mejor que antes, no hubiese visto el hecho del despido desde una perspectiva menos problemática?
Bien, voy a solucionarle su vida con una frase mágica que resulta cierta en el ciento por ciento (100%) de los casos y que solucionará todos sus problemas para siempre.

Esta es la frase: "Yo le garantizo que cualquiera que sea su problema, después de unos pocos meses de esfuerzo y zozobra, se solucionará y los resultados serán mejores a los que vivía antes del mismo.'
Los únicos casos de fallo que he detectado, se dan cuando no se cumple la única condición que se necesita para obtener los beneficios: creer que se es capaz de hacerlo. Si logramos aceptar, asumir y creer que somos capaces de hacerlo mejor, siempre lo haremos y, en consecuencia, nada será un problema para nosotros.
Publicado por Marcelo Perazzolo en el Newsletter «Novedades Empresarias y Profesionales»


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