Estos días de lluvia continua (en una semana se han recogido en Puebla de Valles 140 litros por metro cuadrado) no han sido suficiente para llenar los pantanos de la Sierra Norte de Guadalajara (el pasado 9 de marzo El Vado y Beleña estaban al 60%).
Han servido para hartar de agua la tierra, tanto que cunetas, navajos y balsas están a rebosar. Vuelven a correr los arroyos, y ríos que en verano bajan secos, (Palancares, Tiendas, …) no pueden cruzarse a pié.
Rio Tiendas
Rio Palancares
En los pueblos coloraos los arroyos bajan como agua para chocolate, llenando de color (por la arcilla ferruginosa que arrastran) y sonido el paisaje. ¡Hasta el agua de la fuente! Un fenómeno que se repite cada año y del que nos cansamos.
Lar-ami