Hoy quiero hablarte de un tema importante que puedes tener por ahí escondido sin darte cuenta…
Un tema que sacó una de mis clientas.
A ver si detectas a qué me refiero…
Me decía esto:
«También pienso que el día a día es monótono, pero los pequeños cambios que puedo ir introduciendo para cambiar esta monotonía tienen un efecto más cortito. No sé hasta qué punto son útiles…«
> Escucha este artículo aquí –> Cómo aprovechar los momentos inútiles
Me gustaría hablarte de esto porque es importante para ti.
De la última frase.
«No sé hasta qué punto son útiles.»
Dime una cosa.
¿Qué significa «útil» para ti?
¿Qué significa que algo sea útil?
La respuesta básica es: pues que me sirva para algo, ¿verdad?
Esa es la básica.
La realidad es otra.
Ella, por ejemplo, puede pensar que esos pequeños cambios en su rutina no son útiles porque no le ayudan a avanzar en la vida, a lograr su objetivo profesional.
Porque tienen un efecto corto.
Ahí está el quid de la cuestión.
Útil es cualquier cosa que te aporte.
No tiene que engrosar tu curriculum, no tiene que significar dar un paso más para cambiar de carrera o para lanzar tu negocio, no tiene que durar años.
Puede ser útil solo por el hecho de ayudarte a romper la monotonía, de aportar calidad de vida, diversión, cambios, etc.
Es como el tiempo libre.
Mucha gente lo ve como una pérdida de tiempo, valga la redundancia.
Se sienten poco útiles descansando.
Pero es que descansar es MUY útil. Para tu cuerpo, para tu mentalidad, para tu creatividad.
Para saber si algo es útil para ti tienes que tener claro qué consideras TÚ útil.
Y también conocer tus necesidades y prioridades, para que puedas hacer de todo sabiendo que van a estar suplidas.
Ir a desayunar con mis amigas. Útil.
Trabajar escribiendo emails. Útil.
Hacer la comida. Útil.
Tirarme en el césped mirando el cielo. Útil.
Estar dos horas en el parque con mis hijos. Útil.
Seguro, segurísimo, que una parte de tu cerebro está entrando en crisis diciendo:
«Eso para mí NO es útil. ¿Tirarme en el césped? Sí, claro. Con todo lo que tengo que hacer.
¿Dos horas en el parque? Eso serás tú».
Si piensas eso o algo similar, tu concepto de «útil» está sesgado por esa especie de aceleración interna que hace que sientas que solo ciertas actividades son válidas. Las que implican trabajar, concretamente.
Mira, con el mismo listado de antes.
Ir a desayunar con mis amigas –> Útil. Me alegra el ánimo, eso hace que me concentre mejor después.
Trabajar escribiendo estos posts o emails –> Útil. (Este no tengo ni que explicarlo, seguro ; ).
Hacer la comida –> Útil.
Tirarme en el césped mirando el cielo –> Útil. Me ayuda a relajarme y a darme tiempo para pensar, saco nuevas ideas para mis emails y me voy con más serenidad. Tengo más paciencia y buen humor (muy útil con dos hijos activos que tengo, jajaja).
Estar dos horas en el parque con mi hijo –> Útil. Me obligo a parar, leo, le veo jugar, socializo (a veces), me río, estoy al aire libre. Disfruto y aprendo a tener paciencia.
Todo puede ser «útil» si tienes clara la vida que quieres.
Yo sé que pasar tiempo con mis hijos es una prioridad para mí, que la naturaleza me recarga, que descansar me hace ser más creativa, que hablar con gente me eleva el ánimo aunque no me suela apetecer.
Me conozco muy bien y, por eso, ya no tengo ese agobio de sentir que pierdo el tiempo cuando algo implica no trabajar.
Cambia tu concepto de útil y mejorará tu calidad de vida.
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