Barnizar adecuadamente una superficie de madera no es algo que se pueda hacer de cualquier forma. Es importante tener en cuenta la superficie, el lugar e incluso el uso que se le va a dar a cada pieza, puesto que no es lo mismo un mueble que un suelo. Requiere tiempo y un trabajo concienzudo para que el resultado sea el óptimo. Además, hay que tener en cuenta que es importante hacerlo bien a la primera, puesto que condicionará futuras aplicaciones de barniz si es necesario.
Ya os hemos hablado en otrras ocasiones de Cómo quitar manchas en la madera, Cómo reparar los arañazos de la madera y Cómo tratar la madera enferma, quizá te interese visitarlos también. También te adjuntamos un link externo que explica muy bien como limpiar la madera.
Tipos de barniz según el uso
Podemos dividir los barnices principalmente en tres grupos de productos:
- Los barnices para exterior, formulados para que la madera resista la humedad, la acción del sol directo y otros fenómenos climatológicos
- El barniz para interiores, cuyo objetivo principal es proteger las superficies del uso, aportar brillo y darle un aspecto más decorativo a muebles, puertas, etc.
- Para suelos de madera, que tienen que soportar un desgaste continuo hay un tipo de barniz específico para el suelo. Este puede dividirse a su vez en dos tipos, los que se aplican en suelos interiores y los que se destinan a suelos de jardines, terrazas o piscinas, entre otros.
Algunos barnices indican que se han concebido para todo uso. Su calidad suele hacerlos más resistentes que otros, aunque los expertos recomiendan utilizar un barniz específico porque ofrece mejores resultados, sobre todo si se trata de un barniz de buena calidad.
Conocer el tipo de madera, importante para saber cómo barnizarla
Una vez definido el grado de exposición, también tiene importancia qué madera es la que se quiere barnizar, puesto que el modo de hacerlo y el resultado final varían en función de ello.
Básicamente las maderas se dividen en duras y blandas, aunque hay matices que se aplican en algunos casos. Por ejemplo, el boj entra en la calificación de madera dura, aunque en comparación con otras es más suave, al igual que sucede con la madera de abeto o la de chopo temblón. La dureza de esta requerirá más o menos capas de barniza según sea el efecto que se quiere lograr.
También es esencial tener en cuenta cómo está cortada la madera, ya que la veta o los nudos definirán el modo en el que hay que aplicar el barniza para un resultado óptimo. En algunos casos puede ser necesario aplicar un sellador antes del barniz para que sea más uniforme.
Preparar la superficie para barnizarla
Una vez que se tienen todos los elementos de madera que se piensan barnizar, lo primero es eliminar cualquier resto de polvo, grasa o serrín. Un paño suave es suficiente para dejar la superficie libre de residuos.
A continuación deberá lijarse con cuidado, dependiendo de la dureza de la madera y si es una pieza nueva o una restauración. Cuanto menor sea el número de la lija, más áspera quedará la superficie y más barniz absorberá. Si se nota alguna imperfección o arañazo, habrá que repasar con mucho cuidado la zona con una lija de grano muy fino.
Después de lijar, los restos de polvo se retiran con un paño que no deje pelusa, humedecido ligeramente en agua.
Cómo barnizar la madera después del pretratamiento
Equiparse con unos guantes evitará que nuestras manos acaben llenas de barniz, algo que los profesionales tienen siempre en cuenta. Por ello, nunca realizan estos trabajos sin haberse puesto antes unos guantes de goma.
Para que el color quede uniforme por toda la madera, el barniz se agita bien. En caso de tener una gran cantidad, puede ser necesario hacerlo con una máquina que tenga accesorio batidor.
Con ayuda de una brocha o una esponja, se aplica una primera capa generosa de barniz extendiendo muy bien y asegurándonos de hacerlo con movimientos continuos en el sentido de la veta. En caso de tener que pasar por algún sitio de nuevo, debe hacerse de este modo, nunca de forma cruzada.
Se deja que la superficie absorba el barniz alrededor de 15 minutos. A medida que pase el tiempo el tono se oscurecerá. Si se quiere conseguir un tono más intenso, aplicar una nueva capa con cuidado, extendiendo de nuevo muy bien para que no haya alteraciones de color.
El secado completo de un barniz requiere entre 6 u 8 horas. Es importante dejar la superficie sin tocar hasta el final del proceso.
Acabado final opcional
Para darle una capa extra de protección y brillo, una vez aplicado el barniz se le puede dar un acabado de poliuretano. Normalmente se aplica con un aerosol, aunque también hay poliuretano líquido que se usa del mismo modo en el que hemos barnizado la madera. Una vez seco, en un plazo de 2 a 4 horas, dependiendo de la forma en la que lo hemos aplicado, tendremos una superficie de madera barnizada y brillante.