Revista Insólito

Cómo Cambiar el Mundo y Hacer que Sea un Lugar Mucho Mejor

Publicado el 18 febrero 2018 por Blogger Freddy Arellano @bloggernota

En general pensamos que nuestra influencia en el mundo es muy pequeña. Últimamente estamos empezando a tomar conciencia de que podemos hacer más de lo que parece, pero en el fondo seguimos pensando que la mayoría de cosas no dependen de nosotros.

Por esto hoy hablaremos de hasta dónde llegan realmente nuestras capacidades.

Dentro de cada uno de nosotros hay un gran poder.

Y no somos conscientes de lo realmente enorme que es.

La Regla Número 1 del Funcionamiento del Universo

Si lo recuerdas, en el artículo de la semana pasada hablábamos del poder de nuestra mente y de cómo todo lo que pasa en nuestra vida es una consecuencia de nuestros pensamientos.

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imagen: pixabay

A través de nuestros pensamientos creamos todo lo que pasa en este mundo. Nosotros decidimos todo lo que pasa aquí. Y lo hacemos con nuestra mente.

Como idea general, este concepto es sencillo, pero plantea varias dudas importantes. Una de ellas es que hay muchas personas en el planeta, y cada una puede pensar cosas muy diferentes. ¿Qué pasa cuando hay varias personas diferentes implicadas en un mismo suceso?

¿Qué pasa, por ejemplo, si dos personas suben a un avión, y una tiene pensamientos que encajan con la posibilidad de tener un accidente y la otra no?

¿Qué pasa si un grupo de personas tiene pensamientos de violencia y otro grupo tiene pensamientos de paz?

Pues bien, es un proceso complejo, pero las reglas básicas para entenderlo son muy simples.

En primer lugar, si dos personas tienen vibraciones muy distintas, como norma general no se encontrarán nunca. Cada uno vivirá su vida sin que sus caminos se crucen en ningún momento.

El Universo se encarga de organizarlo todo para que cada persona viva las experiencias que encajan con su mente, y para ello facilita que las personas que tienen una vibración parecida se encuentren, y las que tienen una vibración distinta no se encuentren.

Así que podemos plantearnos hipótesis mentales sobre qué pasaría si se encontraran, pero en la realidad no pasará.

Dos personas con vibraciones opuestas no subirán nunca al mismo avión. Y dos grupos de personas con vibraciones opuestas no vivirán en la misma región del planeta.

Todo lo que pasa es una manifestación de nuestros pensamientos. Así que si hay algo que no encaja con lo que pensamos, no puede pasar.

Esta es una ley inmutable del universo que se cumple siempre.

La Regla Número 2: el Amor Siempre Gana

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imagen: pixabay

Así pues, como norma general, dos personas que tengan una vibración mental incompatible no se van a encontrar nunca.

Ahora bien, aun partiendo de este principio general, sí puede pasar que dos personas que tienen una vibración bastante distinta, pero no 100% distinta, en algún momento se acaben cruzando. Y si se cruzan, hay otra regla también muy simple que determina lo que acaba sucediendo: el amor siempre gana.

El amor siempre tiene más fuerza que la falta de amor.

Si dos personas suben a un avión, y una tiene pensamientos que vibran con la posibilidad de tener un accidente y la otra no, no puede haber accidente.

Es más, si 200 personas suben a un avión, y 199 tienen pensamientos que vibran con la posibilidad de tener un accidente y una no, no puede haber accidente.

Quizás de entrada puede sorprender esta idea, pero imagínate que hay 200 personas en una habitación totalmente oscura. ¿Qué pasa si una de ellas enciende una bombilla? La oscuridad desaparece, ¿verdad?

Solo una bombilla, y ya no hay oscuridad.

Solo una persona, y ya no hay accidente.

Este es el poder de nuestro amor.

(Es posible que alguien se pregunte: ¿y qué pasa si alguna de las 199 personas realmente quiere estar a oscuras? ¿No viola esto el hecho de que cada uno crea su vida? Como decía, es un tema complejo, pero la respuesta básica es que si realmente quiere seguir viviendo a oscuras, puede hacerlo. Y el Universo le ayudará a lograrlo. Pero tendrá que buscar otra habitación.)

Hasta Dónde Llega el Poder de Nuestro Amor

Si partimos del mismo ejemplo del avión, podemos plantear otro caso más extremo para ver hasta dónde llega el poder de nuestro amor. Es un caso que preocupa a muchas personas: la posibilidad de que la humanidad degenere tanto que acabe con la destrucción total del planeta.

Como punto de partida, imaginemos que, por un lado, el mundo se volviera de golpe extremadamente violento y que todos los países empezaran una gran guerra nuclear que llevara a la completa destrucción del planeta. ¿Podría pasar algo así?

La respuesta es que sí; podría pasar. Todo lo que pasa en la Tierra lo decidimos nosotros. Si decidimos destrucción, habrá destrucción.

Ahora bien, imaginemos también que hubiera una persona 100% pacífica y amorosa que no tuviera en su mente ni un solo pensamiento que no fuera de paz y amor.

¿Qué pasaría entonces?

Pues muy sencillo: en este caso no puede haber destrucción total.

Podría pasar que el mundo en general entrara en guerra y que la persona 100% amorosa viviera en paz y tranquilidad en algún rincón apartado,  pero en ningún caso se podría llegar a la destrucción total del planeta.

No puede pasar nunca que el planeta llegue a la autodestrucción completa si hay una persona 100% amorosa que no tiene nunca ningún pensamiento, ni consciente ni inconsciente, que permita que eso pase.

Es una cuestión física: solo con que haya una luz encendida, ya no puede haber oscuridad total.

Cómo Podemos Cambiar el Mundo de Forma Completa y Definitiva

Creo que no hay mejor ejemplo de hasta dónde llega el poder de nuestro amor.

Una sola persona, si tiene una mente 100% amorosa, impide completamente que el planeta pueda llegar a la destrucción total, incluso en el caso extremo de que el resto de la humanidad entrara en una vorágine de gran violencia.

Partiendo de aquí, imagínate qué sucedería si no hubiera solo una persona con una mente 100% amorosa, sino dos. O tres. O cinco. O diez. O cien.

E imagínate también que estas personas estuvieran repartidas estratégicamente por el planeta: cada una en un lugar diferente para que su luz llegue al máximo de lugares posibles.

¿Puedes imaginarte qué pasaría?

Pues bien, no tienes que imaginártelo demasiado, porque esto es exactamente lo que estás haciendo aquí.

Tú eres una de estas personas.

Quizás tu mente no es aún 100% amorosa (hay muy poca gente que ya haya conseguido llegar a un nivel tan alto), pero sí tiene un nivel de amor muy elevado. Y cada día va subiendo.

Y simplemente por el hecho de estar aquí en este planeta, irradiando tu luz allí por donde pasas, impides que pueda pasar nada demasiado “malo”.

¿Alguna vez te has preguntado cuál es tu misión en la vida? Pues, por encima de todo, tu misión es simplemente estar aquí.

Fuente: jananguita.es


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