Como reacción a mi entrada sobre los tres capítulos de la felicidad, un lector me pidió que compartiera algunas ideas de cómo lo aplico en la vida real. Propone como ejemplo un viaje de fin de semana: quizás ha sido un regalo, quizás lo has elegido tú. Ahora se trata de disfrutar de esta experiencia, antes, durante y después del viaje.
Contando los días con chocolate
Para endulzar la espera de la Navidad, los niños en Alemania reciben un “calendario de adviento”. Detrás de las 24 puertas se esconde un trocito de chocolate, uno para cada día hasta el gran evento. Las puertas están escondidas aleatoriamente en una imagen colorida. Así cada mañana el niño o la niña se concentra en encontrar la puerta correcta para poder saborear el dulce del día. Son cinco minutos de contemplación, de “Vorfreude” (felicidad anticipada) para lo que le espera el día 24 de Diciembre.
Para disfrutar de la preparación de un fin de semana puedes utilizar la misma técnica: asegúrate de pasar unos minutos cada día contemplando el viaje. Puedes hacerlo preparando una lista de las cosas que quieres llevarte, escoger los sitios que quieres visitar, informarte sobre la historia de la ciudad, buscar en tus contactos las personas que ya han ido para que te cuenten cómo se lo han pasado, leer consejos y experiencias en foros de viajes… todas estas actividades te ayudarán durante la preparación del viaje con la ventaja adicional de que podrás disfrutar contando los días que faltan.
Respira, come y haz fotos
Durante tu estancia lo más importante es respirar. Inhala profundamente mientras contemplas la grandeza de los monumentos. Respira mientras esperas tu turno a la entrada del museo. Detente un momento y respira en la plaza San Marco para sentir sus pulsaciones. Si te atreves, cierra los ojos y deja que los olores y los sonidos del lugar te invadan. En vez de correr, concéntrate en detectar aquello único de cada lugar que visitas. Así las fotos cobrarán más vida cuando recuerdes este viaje.
No te olvides de saborear tu viaje en sentido literal. Hay pocas sensaciones tan agradables como una buena comida después de un día lleno de nuevas experiencias. Cambia por lo menos una vez al día la comida rápida por un buen plato autóctono y disfrútalo con todos tus sentidos. Y si el camarero te trata mal o la comida no llega a tus expectativas, sonríe y recuérdalo como una anécdota más de tu viaje.
Organizando y compartiendo los recuerdos
Cuando hayas vuelto de tu escapada es hora de organizar los recuerdos. Si has hecho fotos, sube algunas de ellas a facebook, a tu blog, o compártelo de forma más privada con amigos y familiares. Contar tus aventuras es una buena forma de revivir lo vivido. También puedes visitar los foros que te inspiraron a dejar tus impresiones y compartir lo que has encontrado con otras personas. Y puedes imprimir la foto más bonita para incluirla en el calendario del próximo año.
¿Qué otras ideas tienes para saborear una experiencia durante el mayor tiempo posible?
—
Imagen: CEWE / flickr