Si juntamos las palabras griegas peri y scopus (miramos alrededor) conseguimos la palabra "periscopio". Un periscopio es un juego de espejos paralelos colocados en las puntas de un tubo. Cada uno de los espejos da a un agujero abierto en los lados opuestos del tubo y en ellos vemos la imagen que capta el espejo opuesto. Hemos oído hablar de los periscopios, principalmente, porque se utilizan en los submarinos.
Podemos hacer un periscopio con 2 briks de leche vacios, un trozo de papel, 2 espejos cuadrados pequeños, un cuchillo afilado, cinta de pintor, una regla, masilla adhesiva y un lápiz.
Cortamos los extremos de los cartones y, de los dos, hacemos uno largo. Metemos los espejos en el tubo y los colocamos de manera que formen un ángulo de 45º, enfrente de los agujeros que vamos a abrir en los lados opuestos del tubo. Podemos calcular el ángulo exacto de los espejos apoyando de pie el cartón en el papel y dibujando su silueta. Obtendremos una figura cuadrada; entonces la recortamos y la doblamos por la mitad en diagonal.
Para saber las dimensiones que deben tener los agujeros, dibujamos una línea horizontal a unos 5 milímetros del extremo del cartón. A lo largo de esa la línea horizontal colocamos uno de los lados cortos del triángulo de papel y luego hacemos una diagonal en el cartón siguiendo el borde largo del triángulo.
Colocamos el lado largo del triángulo pegado a la línea horizontal; así uno de los bordes cortos coincide con la diagonal que hemos hecho. En el cartón señalamos el vértice del triangulo con un punto y hacemos una línea horizontal que atraviese el cartón pasando por dicho punto.
Rajamos el cartón a lo largo de esta línea y pegamos uno de los espejos en su interior con la parte brillante hacia afuera y el borde inferior alineado con la base del agujero.
Pegamos con cuidado el borde inferior y colocamos una bola grande de masilla para pegar (blu-tack) en las esquinas opuestas. Cuando dejamos caer el espejo hacia el agujero queda apoyado en la masilla. Lo ajustamos y cuando nos convenza pegamos el espejo para fijarlo en su sitio.
Hacemos lo mismo en el lado opuesto del cartón y por el otro lado. Hemos construido un aparato casero para mirar a nuestro alrededor. ¡Menudos espías!