Cómo contar cuentos a los niños (El Hobbit)

Contar cuentos es una práctica ancestral y, poco a poco, la hemos ido olvidando. Seguramente porque resulta más sencillo que los niños vean un vídeo. Pero quienes han mantenido la tradición recomiendan hacerlo. Refuerza el vínculo familiar, da motivos de conversación y eleva la estima de los hijos hacia sus padres (“mi papá me cuenta cuentos algunas noches”).

Vamos a repasar algunos puntos básicos a la hora de contar un cuento y lo vamos a hacer con “El hobbit”.

Foto de Book Project: A Hobbit’s Tale

• La atmósfera adecuada. Queremos que el cuento sea una invitación al sueño y el mejor modo de conseguirlo es a la luz de una lámpara de mesita de noche. Si dejamos encendida la luz principal, el niño no distinguirá ese momento de los que ocupa jugando en su dormitorio, dificultando el sueño.
• A cada edad, sus historias. Hemos escogido “El hobbit” para niños a partir de 7 – 8 años. Si son más pequeños, preferirán cuentos más simples. Si son varios hermanos, es recomendable contarles el cuento juntos, pues les dará motivos de conversación y el pequeño podrá aclarar dudas con el mayor.
• ¿Cuentos inventados o leer un libro? Queda a la elección de los padres. La primera opción es más cercana, más ligada a cosas que el niño conoce y más cómoda para el adulto… si tiene imaginación suficiente. Hay que decir que a los niños les bastan las historias sencillas, que pueden memorizar, sin necesidad de giros espectaculares en el guión. Pero preguntarán mucho… Inventar cuentos permite hacer al niño protagonista de la historia. La segunda opción es elegir un libro, por ejemplo “El hobbit” y leer unas páginas cada noche.  
• Canciones. “El hobbit” está lleno de canciones inventadas por el autor y debemos cantarlas como mejor sepamos, poniendo la entonación adecuada a un trasgo, un elfo, un hobbit o un enano de las montañas. Los niños disfrutan con las canciones.
• Voces: Cada personaje tiene su forma de hablar, de hacer pausas, de hacer gestos con la cara. Gollum será susurrante y desagradable, Gandalf será sabio y solemne…
• Efectos especiales: Añade el sonido del viento, el de la lluvia, la tormenta, el eco en el interior de las grutas…
• Vocabulario: En “El hobbit” será habitual que el niño nos pregunte qué significa “precipicio”, “acertijo”, “saqueador”, “lechuza”… Lo mejor es leer el libro tal cual está, sin intentar cambiar estas palabras por otras más llanas. A continuación de la palabra se puede dar una breve explicación, o podemos continuar y darla cuando el niño lo pregunte.

Dibujo de muestra de Maurice Sendak para El Hobbit, que no llegó a ilustrar

• Visualizar: Para que el niño entienda mejor algunas palabras principales (por ejemplo “precipicio” o “caverna”), se le pueden mostrar unas imágenes que obtendremos de Google, antes de acostarlo. O tenerlas dibujadas por nosotros mismos en una hoja, a modo de sorpresa. Y sí, eso exige que el adulto haga antes una lectura rápida y de visión general. No es recomendable buscar las imágenes mientras contamos el cuento, porque romperemos el hilo de imaginación que el niño va formando en su cerebro.
• Extractar: Si vemos que un fragmento se puede hacer muy pesado, podemos abreviarlo con frases de nuestra cosecha.
• Repetir: Es posible que el niño se desconecte de lo que contamos, ya sea porque ponga su imaginación en otros sitios, o porque caiga dormido. El niño se encargará de pedirnos que repitamos la parte de la historia que se ha perdido. ¡Paciencia!
• Frases populares: Es posible que el niño, y el adulto, disfruten de algunas frases que acaben repitiendo durante el día a día. “¡Que nunca se te caiga el pelo de los pies!” (lo dice Thorin) “¡Buen viaje! ¡Dondequiera que vayas, hasta que los nidos te reciban al final de la jornada!” (lo dicen las águilas) “Que tu barba sea todavía más larga” (Bilbo) “¡Adiós! Sed buenos, cuidaos y no abandonéis el sendero!” (Gandalf).
• Beso de buenas noches. Al acabar, dale un beso al niño y deséale felices sueños, incluso aunque parezca que está dormido.

Bilbo Bolsón en El Hobbit

Por último, os recomendamos que también optéis por los relatos grabados en CDs, que podéis escuchar en los viajes en coche o en las horas más aburridas dentro de casa. ¿Ventajas del cuento sonoro frente al vídeo? ¡Muchísimas! La primera, la imaginación. El niño participa activamente en visualizar la historia y no como un espectador pasivo. ¿Otras? Reflexión, desarrollo de la memoria, aprendizaje de nuevo vocabulario…

Por poner un buen ejemplo que conocemos, son muy interesantes los audiocuentos de Lali Rondalla, en CD, porque son entretenidos, inculcan valores y son personalizados con el nombre del niño.

Porque, como supimos con La Historia Interminable, la Fantasía es el único modo de vencer la Nada.

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