Cuando mi gato empezó a desarrollar unas uñas fuertes, tuve que aprender a cortárselas. Al principio me daba miedo por si le hacía daño, pero la veterinaria me explicó cómo hacerlo y es muy fácil. Sólo podemos cortarles las uñas de las patas delanteras, que son las que se afilan, porque las traseras las necesitan para rascarse.
Lo primero que tenemos que hacer para cortarle las uñas a nuestro gato es armarnos de paciencia. Hay que encontrar el momento adecuado, en el que el gato esté relajado y nos deje manipularle. El mío es bastante bueno y se porta muy bien, pero si es un poco arisco, a lo mejor necesitas que alguien te ayude a sujetarlo con cuidado.
Le cogemos la mano, apretamos suavemente sobre la base de la uña hasta que se despliegue entera, como se muestra en la foto. Después, con un cortauñas que corte bien (es lo que yo uso y me va bien, pero también venden tijeras especiales), ponemos la uña tumbada y se la cortamos de lado, no de frente. Hay que tener cuidado con cortarle únicamente la punta de la uña, la zona transparente. Si cortamos más abajo donde empiezan las venitas o en la parte rosada, le haremos daño y sangrará. Si no estás segur@, es mejor cortar de menos que de más.
Si se porta bien y nos deja cortarle todas las uñas el mismo día, misión conseguida. Si se pone muy nervioso, podemos dejar las que falten para el día siguiente.
Muy importante: después de cortarle las uñas, hay que darle muchos mimos... seguramente a tu gato no le hará mucha gracia la manicura y se habrá enfadado un poco contigo. Prémiale con algo que le guste, al mío le encanta el atún :-)