Con el otoño ya aquí ha llegado el momento de lanzarnos al cultivo de las hortalizas típicas de esta época. Las opciones son muchas, pero hay que elegir una; esta vez, la escogida que sembraremos en nuestro huerto urbano esta semana ha sido el guisante. Pero, ¿por qué el guisante? Para empezar, por sus propiedades nutricionales. Sin grasas y con reducido aporte calórico, nuestra hortaliza es rica en vitaminas, fibra y minerales. Además, es una de las hortalizas que más proteínas aporta. Esto significa que consumirla va a tener efectos beneficiosos en nuestra salud: favorece la circulación de la sangre, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, incluso, el cáncer de colon, protege el sistema nervioso, controla los niveles de azúcar y reduce el colesterol en sangre, entre otros muchos. Está claro que es una deliciosa y sana elección, ahora sólo queda preguntarse cómo sembrar guisantes. El pisum sativum puede crecer en cualquier tipo de suelo, siempre que tenga suficiente materia orgánica, aunque es preferible que el suelo no sea calcáreo ni seco, y que no posea una gran acidez ni humedad. De igual manera, podemos sembrarlo a plena luz o en semisombra, ya que puede crecer sin mucho sol. En cuanto al clima, necesitamos que sea fresco, sin excesivo frío, pero sin excesivo calor. Además, debe ser húmedo, ya que no soporta la sequedad.En cuanto al riego, necesitamos mantener la tierra siempre húmeda, pero evitando el encharcamiento o sus raíces se pudrirán. Así, realizaremos riegos abundantes, pero espaciados. Sembraremos las semillas de manera directa a una profundidad de unos tres o cuatro centímetros, dejando una distancia de unos 50 centímetros entre las líneas, y en grupos de dos o tres semillas. Ahora sólo nos queda visitar Semillas Huerta y Jardín para visitar el catálogo de guisantes. Podremos plantarlas desde septiembre hasta marzo y sólo tendremos que esperar entre tres y cinco meses para ver los frutos de nuestro trabajo listos para ir a la mesa.
Así que… ¡a disfrutar de la siembra!