Cuando uno ya ha recorrido un trecho del camino, en este caso la aventura del camino artístico, va tomando una objetiva y transparente visión de las cosas. El caso que quiero hoy hacer referencia es el de las ferias de arte.Puedo constatar que habiendo participado en varias de estas ferias (de pintura especialmente) siempre he quedado muy decepcionado. A mi entender varias son las razones: principalmente el bajo nivel de calidad de los participantes, muchos de ellos aficionados, la cual cosa implica que dichos eventos no tengan la categoría que debieran. Sin duda, y esto ya lo comento en una de mis reflexiones de este blog, el afán de recaudar fondos es la razón principal por la que se admite a todos los participantes por el simple hecho de abonar la cantidad de dinero que se les pide, por cierto una cantidad bastante considerable por las prestaciones que te conceden. Con esto los promotores consiguen hacer un negocio redondo en perjuicio de la feria y de los artistas profesionales que participan. Es evidente que esta manera de organizar estos eventos artísticos no es la más adecuada y que debería tomar otro camino. Lo ideal, a mi juicio, sería realizar una feria de calidad más profesional, y para ello creo imprescindible hacer una selección de los artistas participantes por medio de un jurado cualificado y entendido en la materia, un jurado que sea al mismo tiempo "abierto" tanto a las últimas tendencias (no hablo de las extravagancias) como a propuestas menos vanguardistas en las que el buen gusto, la creatividad, el oficio y la calidad estética estén presentes. Con ello se conseguiría realizar un evento de calidad en la que el público aficionado quedaría satisfecho, convirtiendo con el tiempo a dicha feria en un evento de elevada categoría y de prestigio bien consolidado. Tenemos ya muchos casos de ferias de dudosa y controvertida calidad (ARCO, FAIM, MAG, ....) y sería muy satisfactorio una feria en la que ante todo la calidad artística y creativa sea la principal razón de ser.No sé si esto que propongo es una utopía o no, pero lo cierto es que hacer las cosas con la materialista finalidad del ánimo de lucro puede suponer un negocio quizás a corto plazo, pero a la larga todo aquello que se hace con buen criterio, con conocimiento, y en definitiva, con la intención de hacer las cosas bien hechas para satisfacerse interiormente a uno mismo, nos llevará por empatía a satisfacer también a los demás y sin duda estas son las claves a seguir para que una feria de arte, o cualquier proyecto en la vida, se convierta en algo noble, perdurable y prestigioso.