Revista Psicología

Cómo decir a tu hijo que tiene que ir al psicólogo

Por Centro Psiconet

Cada vez es mayor la información y la aceptación social de este gremio, pero aún hay creencias que llevan a asociar erróneamente al psicólogo con alguna suerte de adivino o que debemos estar permanentemente felices (algo que por suerte se desafía en la película Inside Out).

Como psicólogos, le explicaremos en qué consiste nuestro trabajo, pero es importante que antes sean los padres quienes le den información previa.

Tomar la decisión de llevar a nuestro hijo a la consulta de un profesional de la salud mental no suele ser fácil aunque tengamos en buena estima su labor, y el principal obstáculo suele ser no saber abordar el tema con el niño.

3 pasos para que el proceso sea más fácil

Decirle la verdad

La explicación variará según su edad, pero en todos los casos será esencial no usar eufemismos. Decirle que va a hablar con un profe hará que se sienta engañado si acaba viendo que no es así, o si le decimos que va a ir a “un médico para la cabeza” le llevará a creer que está loco o enfermo. En ambos ejemplos perderá la confianza en nosotros y rechazará al terapeuta.

Una de las principales razones por las que los padres usan a menudo la figura del profesor es la creencia de que los niños no van a ser capaces de entender lo que es un psicólogo, pero ¡no pasa nada!, podemos decirle que el psicólogo es una persona que nos ayuda a fortalecer nuestra mente con juegos y que sabe mucho sobre emociones.

Si sabemos con antelación el nombre del terapeuta podemos  incluirlo durante la explicación, haciéndolo así más cercano.

 Empoderar vs. alarmar

Es importante no decirle “Te veo mal” o “Creo que tienes un problema”, ya que además de miedo puede sentirse culpable o creer que sus padres ya no saben qué hacer con él y recurren a esto como último recurso.

Por eso es recomendable recalcarle que el psicólogo:

Nos enseña a mejorar nuestras habilidades (pluralizar ayuda a normalizar que en algún momento todos podemos acudir a terapia y que no es alarmante que en este caso vaya él)

Nos ayuda si tenemos dudas o preocupaciones

   – Que no leen la mente y por eso le hará preguntas que puede no contestar si no quiere.

– Que todo lo que se habla es un secreto entre los dos y que si en algún momento el psicólogo necesita compartir información con padres o profesores, le pedirá antes permiso.

Hacerle ver que a pesar de los beneficios que le explicamos podrá decidir si quiere dejar de ir a terapia si no se encuentra a gusto. Esto facilitará que vea al psicólogo como un aliado y no vaya obligado a las sesiones.

 No utilizar la figura del psicólogo como amenaza o castigo

“Como sigas así se lo voy a decir al psicólogo” o “Si te portas mal adelanto la cita”

¿Qué pensaríamos como niños si alguien utilizara estas frases con nosotros? Que el psicólogo es alguien malo y digno del peor de los castigos.

A veces es difícil controlar lo que decimos cuando nuestro hijo hace algo que nos enfada, pero es sumamente importante separar los conceptos de portarse mal e ir a terapia.


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