El Aikido es una arte marcial japonés que tiene como principal objetivo el de neutralizar al adversario en situaciones de conflicto.
Bajo ese principio, Antonio Perez Leal, nos explica en el blog Nueces y Neuronas los principios filosóficos del Aikido para defendernos y neutralizar los agotadores e interminables conflictos verbales:
El punto clave del aikido verbal es la escucha atenta y completa manteniendo el buen ánimo y la disposición para encontrar una solución al conflicto en la que nadie sufra. Realmente se puede entrenar la escucha, y podemos mantener un estado de calma a través de la respiración. Debemos centrarnos en el flujo de nuestras propias emociones y de las reacciones físicas que nos provocan. Además hemos de recordar que es normal tener desacuerdos y es necesario darlos a conocer de forma directa y honesta, sin ofender o lastimar al compañero de disputa.
Y cómo esquivar una provocación verbal:
• Hacer un gesto mudo como una mirada extraña, un guiño, tomar nota o cualquier otro gesto que se nos ocurra cuando alguien dice algo para provocarnos.
• Cambiar el tema desviando la atención que nuestro agresor pone sobre un asunto que nos ofende, para dirigirlo a cualesquier otro sin importancia. Minimizar el tema ofensivo y centrarnos en lo que nos concierne, la propia integridad.
• Hacer un comentario monosilábico. Se hace ante un interlocutor que alardea bajo una avalancha de palabras y no pretendemos seguirle el juego y malgastar energía en discusiones inútiles, de tal manera que menos preciamos su locuacidad con una frase corta que desestima sus argumentos.
• Responder con un refrán inapropiado es una estrategia directa a la confusión, es decir se hace con esa intención directamente, apelar a la lógica de la comunicación de que todo lo que decimos tiene sentido, es pues un sinsentido ante el comentario insolente con el que hemos sido atacados.