Revista En Femenino

Como el 2.0 cambio mi vida- pequenenas

Por Nosoysuperwoman
Yo siempre había pensado que las historias de "amores por internet" no existían, o que eran de "raritos", gente que no podía conocer a otros en circunstancias normales...Pero lo de siempre, esta historia de Blanca es un ZAS en toda la boca.COMO EL 2.0 CAMBIO MI VIDA- PEQUENENAS


Yo "conocí" a Blanca hace meses, en una plataforma de blogs que actualmente no existe. me encantó su encanto, valga la redundancia, y además su manera de mantenerse fuera de toda polémica. Además, debo reconocer que el que fuese gallega me tiró un poquito más.....Y como me gustó tanto, os invito a pasar por su blog, y conocerla un poco más.Podéis leer la historia íntegra en su blog PEQUENENAS

EXCESO DE VIDA SOCIAL 1.0Después de una semana de salir de fiesta noche sí, noche también (es dura la vida del estudiante), yo acababa de despertarme y estaba en la cama, con el estómago en la mano y un dolor de cabeza indescriptible. Había logrado dormir un par de horitas después del que se suponía que había sido el fiestón de año, y trataba de reunir fuerzas para levantarme sin que el mundo diera vueltas y, ya no digo andar… pero al menos reptar hasta el baño, darme una ducha y aparecer más o menos presentable en casa de mis tíos para la comida de Año Nuevo. Solamente había faltado una vez a esa comida, una de las más importantes para mi familia, y no quería volver a hacerlo.
Y mi intención era ir, lo juro. Pero no llegué ni a ponerme la primera zapatilla: el dolor de estómago no me dejaba moverme y el de cabeza prometía ir en aumento, por lo que me quedé en la cama dando vueltas… Y dándole vueltas también a todo lo demás. Ya sabéis lo que decía Goya: produce monstruos el sueño de la razón… y la razón, al menos la mía, solía dormir un ratito más que yo las mañanas de resaca. Entonces me dejé vencer por mis monstruos y asumí que ese año, a mi pesar, volvería a faltar a la comida del día de Año Nuevo.
Me tomé un ibuprofeno y, mientras esperaba su glorioso efecto, cogí el móvil y me dediqué a leer cotilleos y ver fotos de la noche anterior en Facebook y Twitter. Aparecían mis amigos y conocidos, elegantes, contentos, mostrando sus copas; había fotos de uvas, botellas de champán, serpentinas, corbatas, vestidos negros que tapaban lo justo y dientes, muchos dientes en bocas de personas aparentemente felices que mostraban a la cámara la mejor manera que hay de despedir un año y dar la bienvenida a otro: sonriendo. Yo no me había hecho casi ninguna foto… no había sonreído demasiado aquella noche, ni tampoco aquella semana. Para ser sincera, llevaba una buena temporada vencida por mis monstruos. Llevaba tiempo sonriendo más bien poco.Me volví a dormir.
AMOR ¿A PRIMER TWEET?Cuando desperté, horas después, me encontraba mucho mejor. Tras quitarme los restos de maquillaje y beber dos vasos de agua, cogí el móvil y vi que tenía un par de nuevos seguidores en Twitter. De uno de ellos no me acuerdo… el otro era un chico de Coruña con los ojos rasgados y el mismo apellido raro que yo: Reimunde. Los últimos tweets de su timeline eran divertidos, así que comencé a seguirle en Twitter yo también. Dejé el móvil en la mesilla y me olvidé del tema por completo mientras me daba, por fin, la primera ducha del año. Pocas horas después, el primer día de 2011 había terminado.
Yo entonces no lo sabía, pero ese día en el que me sentí tan sola y tan triste, tan vencida,marcaría un antes y un después. Y es que tras aquel primer contacto en Twitter con el chico que llevaba mi apellido comenzó un intercambio incesante de tweets, emails y mensajes de chat (¡chat!) entre mi nuevo seguidor y yo, que duró semanas. Descubrimos que la casualidad había querido que nos apellidáramos igual, pero que no éramos familiares. En esos mensajes, nos contamos nuestra vida en plan friki: por internet, sin ponernos cara, nos confesamos nuestros miedos, nuestros fracasos, nuestros deseos y nuestras esperanzas. Nos hicimos amigos.Un día de marzo nos conocimos en persona y nos fuimos a tomar unas cañas. Minutos después (¿o antes?) ya estábamos enamorados. Unas semanas después éramos pareja y un año y poco después éramos padres.
Y EL RESULTADO....Estos días va a hacer dos años que marqué su número con dedos temblorosos, sentada en mi coche, para contarle que acababa de ver por primera vez las celulitas que iban a ser nuestra Eva, nuestra Pipeke, en el ecógrafo del ginecólogo. Cuando colgué, Loquillo me cantaba desde la radio “toda tu vida se detendrá, nada será lo mismo, nada será igual”.Y no lo fue… Desde entonces, no estoy sola: somos 3; desde entonces, los monstruos (los malos) ya no están, solo aparece una monstruita rosa de vez en cuando… y desde entonces, mis fotos son diferentes: ahora sí, siempre salgo en ellas sonriendo.
Así que frikis, twitera/os, bloguera/os....el amor está ahí fuera.....

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