Y es que, ¿somos verdaderamente conscientes de cómo el estrés puede afectar a nuestra vida y robarnos la salud?
El estrés mantenido en el tiempo roba energía vital. Esta falta de energía hace que las células del cuerpo se debiliten y también el sistema inmune, que al no tener suficiente energía no puede cumplir con el trabajo de protegernos, eliminar células muertas y toxinas, que pueden ocasionar enfermedades inflamatorias e incluso tumores.
El estrés también puede tensionar el sistema nervioso generando contracciones del estómago y dificultando la digestión de la comida. Además afecta a la respiración. Al no respirar bien y profundamente el cuerpo no recibe suficiente oxigeno produciendo daños en las células al faltar nutrientes y deshidratándose.
Esto es lo que opina Gisella Torrella, educadora salud del Instituto de Salud Hippocrates, que además define 3 tipos de estrés, que pueden aparecer solos o combinados:
- Estrés mental en el que se acumulan imágenes, sonidos y pensamientos perturbadores en la mente. Esta forma de pensar puede desbordar a la persona al generar una serie de temores o fobias, e influir en su memoria, atención y toma de decisiones deteriorando su rendimiento.
- Estrés físico. Actividades físicas que llevan a la fatiga, como no dormir bien, tener malos hábitos de alimentación, malnutrición, trabajar bajo presión, estar expuesto a tóxicos como aditivos, cafeína, nicotina, contaminación atmosférica, etc. Además este tipo de estrés aumenta los hábitos no saludables como fumar, beber y comer en exceso, dormir poco o mal, etc.
- Estrés emocional. Derivado de una preocupación excesiva, baja autoestima, malas relaciones en el trabajo o amorosas, sucesos difíciles y pensamientos negativos, entre otros. Todo ello afecta a la emocionalidad equilibrada. A modo de ejemplo de impacto emocional, un minuto de rabia puede debilitar el sistema inmunológico durante 6 horas mientras que la risa lo incrementa durante 24 horas.
Las emociones negativas deprimen el sistema inmune que es nuestra primera línea de defensa contra las infecciones, gérmenes y bacterias. Seguro que recuerdas esa época de estrés en la que caíste con más gripes, dolores de cabeza, contracturas o ansiedad.
Algunas de las principales emociones características del estrés son la irritabilidad, la tristeza y el miedo. Por ello si deseas reducir el estrés y el pesimismo que conlleva, me parece fundamental conocerlas y saber canalizarlas.
Como adultos sería bueno tomar el control, prevenir problemas de salud y cuidar de nuestras emociones. Identificar la causas del estrés y ser conscientes de cómo nos afecta para dar una respuesta saludable.
Para indagar en estos problemas la mejor forma de actuar es a través de tu propio autoconocimiento. Ahora puedes hacerlo en el taller de emociones saludables que se celebrará el próximo 22 de marzo en Madrid o en cualquiera de las charlas que se darán esta semana.
Empieza por dominar tus emociones y libera el estrés de tu vida!.
***********Gracias por tu tiempo y tus ganas de ser saludable. Si conoces a alguien a quien pueda venir bien esta información, considera compartirla utilizando los botones de abajo y ¡contagiale de salud!
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