Para mantener la salud necesitamos consumir energía e ingerir diversos nutrientes que se encuentran almacenados y repartidos de modo irregular en los distintos alimentos. Por esta razón es imprescindible que la dieta se integre con alimentos muy diversos, representativos de los grupos principales, para que todos ellos aporten los nutrientes necesarios según las necesidades nutricionales de cada persona. Y esta recomendación también se aplica al desayuno, que no debe ser una excepción a las recomendaciones generales para elegir una dieta equilibrada, en la que la variedad es un requisito imprescindible y la mejor garantía de contar con un correcto equilibrio nutricional.
Sin embargo, datos que han arrojado algunos estudios efectuados muestran que no es frecuente entre la población la costumbre de realizar cambios en el modelo dietético de esta primera comida del día.
Es importante variar los menús del desayuno al igual que se hace al momento de preparar el almuerzo y la cena.
No es necesario ser rutinario y desayunar siempre lo mismo. Es casi la única comida que nos permite comer a la carta, sólo hay que abrir la nevera y prepararse un desayuno que podría denominarse “a la medida”. Para que no sea aburrido y, además, para evitar caer en la monotonía de la dieta diaria, puede variarse diariamente el desayuno, así podrá disfrutarse más de esta comida matinal.
El desayuno debe aportar la cuarta parte de las calorías diarias necesarias para afrontar todas las actividades que se llevarán a cabo durante el día, y es además de ello, una buena ocasión para incluir alimentos que no deben faltar en la dieta.
Desayunar es algo más que tomar un simple café, pues el café o las infusiones que puedan beberse no aportan prácticamente ningún nutriente. El desayuno debe incluir alimentos de al menos cuatro de los grupos básicos: lácteos, cereales, frutas, azúcares, aceites y grasas, etc.