En la mayoría de las ocasiones los niños no se sienten arrepentidos de las acciones por las que se disculpan, pero apenas tardan un segundo en pronunciar “perdón” porque lo consideran una forma rápida de complacer a los mayores y así continuar con su juego.
El enseñarles a pedir perdón forma parte de un proceso gradual que incluye el ser responsable de sus acciones y el ser consciente de los sentimientos de los demás.
Antes de que un niño pueda disculparse tiene que ser consciente de que ha cometido un error, cosa que es un poco difícil en los menores de cuatro años, ya que no distinguen el bien del mal. En estos casos lo ideal es establecer reglas para que no se tenga que llegar a una situación en la que se tengan que pedir disculpas.
A partir de los cuatro años es preciso que comprendan por qué es importante pedir perdón. Dales una explicación lo más sencilla posible y mientras tanto intenta sacarles un “lo siento”. Además ofrece formas de enmendar su falta, dar un beso, prestar su juguete si rompió el de un amiguito…
Desde los cinco años los niños empiezan a tener claro qué es lo correcto y lo incorrecto. Además cuentan con mayor capacidad para entender cómo se sienten los demás, aunque no significa que les parezca más sencillo pedir disculpas. A estas edades ya se empieza a pensar cómo se queda delante de los demás, y lo que es más importante saben cómo tapar sus errores sin que nos demos cuenta.
Cómo ayudarle a pedir perdón:
- Mantente neutral: Ante una discusión entre dos niños nunca se sabe quién tiene la culpa. “No, empezó él”, “no ella me empujó”… Mantente al margen y explícales que no tienen que tener la culpa para disculparse, que los dos deben de pedirse perdón mutuamente.
- Hacedlo juntos: Ofrécele siempre tu ayuda para disculparse. Si es muy pequeño podéis pedir perdón juntos. Algunos niños necesitan un tiempo para calmarlse y pedir perdón. Y en ocasiones se les hace mucho más fácil disculpase con un dibujo o una nota.
- No insistas: No le fuerces a pedir perdón. Anímalo pero no le agobies, ya que esto sólo puede empeorar la situación.
- Controla tu enfado: Si tu hijo no está por la labor de disculparse, no te enfades, hazlo tu por él. Que esté el delante para que se dé cuenta cómo se hace y qué no supone un gran esfuerzo por su parte.
Lo importante de enseñarles a pedir perdón es que el niño empiece a reconocer sus errores y a saber cuándo obra bien y cuando mal. Además esto también supone que la otra parte acepte el perdón, cosa que tu hijo también deberá aprender para cuando le ofrezcan una disculpa.
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Foto: Lord Kwaz