Cómo es ser un bebé y tener hermanos mayores

Llegar a este mundo después de pasar meses en la comodidad del útero materno y, encima, compartir la atención de mamá y papá con otros, debe ser todo un reto, especialmente para un recién nacido. Pero, no todo es malo, ¿o sí? Ser el menor en una familia debe tener sus ventajas. Los padres siempre nos preocupamos por cómo se sentirán los hermanos mayores con la llegada de un nuevo integrante a la familia, pero pocas veces pensamos en cómo es ser un bebé con hermanos mayores.

Relación con sus hermanos

Antes que nada, debemos entender que para el nuevo integrante no existe otra realidad: él nacerá en una familia donde existen sus hermanos mayores y no conocerá lo que es la atención total. Por esto, es por lo que como padres enfocamos la energía en los mayores, para ellos la realidad sí cambia y vamos a querer reconfortarlos.

Ser el nuevo integrante en una dinámica existente será muy fácil para el bebé, puesto que no tendrá conocimiento de otra forma de vida. Tener hermanos mayores le ayudará a construir una personalidad fuerte y aventurera. El ejemplo de las habilidades que los mayores han desarrollado durante años bastará para imitarlos y conseguir realizar grandes hazañas.

El hermano menor y los padres

No ser el primerizo tiene otras ventajas. Por ejemplo, los padres suelen ser más relajados, debido a la experiencia adquirida con los mayores. El sentido de sobreprotección disminuye con el tiempo y el hermano menor tendrá más libertades y menos expectativas. Además, tener hermanos facilita el desenvolvimiento social, por lo que un hermano menor suele ser muy sociable y bueno con las relaciones interpersonales.

Contar con una atención limitada por parte de los padres, también tiene ventajas. Los mayores suelen tener toda la atención, por lo que cualquier travesura o desperfecto es inmediatamente notado por los padres. Por el contrario, el menor suele salirse con la suya cuando encuentra a los padres agotados de lidiar con la familia entera.

La competitividad y los enfrentamientos

La competitividad correrá por sus venas, su vida estará rodeada de una constante competencia por ser el mejor, el más rápido, el más divertido, etc. Y esto, es natural, pues llegan a una familia donde ya existen otros individuos con ciertas habilidades y talentos, situación que les obliga a encontrar su lugar en la familia y descubrir qué les hace únicos.

La mejor parte de ser el menor tiene que ver directamente con los mayores: no hay necesidad de hacer amigos, pues nace con ellos. Aunque las relaciones entre hermanos no suelen ser miel sobre hojuelas, son relaciones irremplazables. Puedes tener la seguridad de que siempre contarán el uno con el otro, aunque durante algunos años no lo parezca. Para los hermanos mayores, resulta difícil ceder espacio y afecto, pero pronto descubren que tienen a un nuevo aliado para descubrir el mundo. Nuestro mejor consejo para las familias que esperan un nuevo bebé es que disfruten de la experiencia de su llegada y eviten crear falsas expectativas en cuanto a las relaciones entre hermanos. El vínculo será natural y genuino. Puede tardar un poco y definitivamente encontrarás días difíciles, sólo confía en que su amor de hermanos triunfará tras cada batalla.

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