Trabajamos todo el año mientras en paralelo soñamos con nuestras merecidas vacaciones. Ese tiempo en que desconectamos, nos relajamos, podemos disponer de todo el tiempo para nosotros sin andar pensando que tentemos una reunión o que llegamos tarde a la próxima cita.
Las vacaciones son para mi un tiempo para reflexionar. Poder descansar, me ayuda a despejar la mente, parar el ritmo diario y centrarme en temas que durante el resto del año no tengo tiempo. No me refiero a seguir trabajando de alguna manera, sino todo lo contrario. Me centro en temas personales, en mis metas, en lo que quiero conseguir y sobre todo en mi crecimiento.
Cuando estamos tranquilos y relajados, podemos pensar mejor. Podemos tener una idea más clara de lo que queremos, fijarnos nuestras metas con mayor claridad porque no tenemos la presión del día a día que nos consume.
¿Y tú, cómo estás aprovechando tu tiempo de vacaciones?
Seguramente estás descansando, has desconectado totalmente, vas a la playa, con amigos o quizás estés de viaje ¡descubriendo un nuevo lugar! Haciendo cosas que te apasionan, que te llegan y que te hacen vibrar. Este es un buen momento para tomarte un rato para ti, no necesitas sacrificar tus vacaciones, no hace falta que dedique mucho tiempo. Guárdate una hora o dos para tu desconexión. En el lugar en el que estés, en este momento de tranquilidad, ves a un sitio que te inspire, llévate tu libreta, medita, haz tu reflexión.¿Qué es lo que quieres en tu vida?
Cuando te rodeas de un entorno inspirador, surge de ti una química que activa tu lado más positivo, más creativo y más puro. Tu en tu máxima expresión.
¿Qué palabras vienen a tu mente? ¿Qué mensajes te llegan?
No temas soñar en grande respecto a lo que quieres en tu vida, date permiso, cree en ti y en tus posibilidades.
Escriba todo lo que te venga, déjate fluir.
Simplemente, déjate fluir y el resto vendrá solo.
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