Es innegable que a estas alturas muchos ya tenemos la mente puesta en las vacaciones o, como mínimo, en realizar alguna que otra escapada. Estos desplazamientos comportan en ocasiones transitar por carreteras que coinciden en algún punto con el hábitat de animales silvestres que, obviamente, no entienden de normas de tráfico.
Un dato curioso al respecto es el peso que adquieren estos animales cuando chocamos contra ellos. De dichas equivalencias -que podemos ver en el gráfico- se deduce que los daños materiales y personales que pueden derivarse de un accidente de estas características pueden ser mayores de lo que solemos suponer, ya que la velocidad multiplica la fuerza del impacto y el peso real del animal arrollado. Por ejemplo, cuando un vehículo que circula a 60 km/h choca contra un jabalí, éste adquiere un peso de 3,5 toneladas, como si de un rinoceronte se tratara.
Tener en cuenta algunas sencillas premisas nos ayudará a evitar accidentes con animales y a reaccionar correctamente ante situaciones de riesgo. Siempre que se circula por vías que cruzan o lindan con zonas boscosas o de campos es importante:
- Prestar la máxima atención: un animal puede cruzar la carretera en cualquier lugar y momento. Muchas especies son especialmente activas durante el amanecer y el ocaso.
- Reducir la velocidad: a menor velocidad, mayor capacidad de reacción.
En caso de encontrarnos con un animal, es conveniente:
- Evitar las luces de largo alcance para no deslumbrar y desorientar al animal.
- Tocar el cláxon para advertir de nuestra presencia al animal.
- Circular a baja velocidad y continuar alerta, evitando así ser sorprendidos por animales rezagados que pueden cruzar la carretera inesperadamente.
Si -a pesar de tomar todas las precauciones- la colisión es inevitable, es preferible un choque controlado que una maniobra de evasión incontrolada que puede poner en peligro al conductor, al resto de ocupantes del vehículo o a los que circulan en sentido contrario. Para ello, se recomienda:
- Detenerse sin maniobras bruscas: sujetar bien el volante, mantener la dirección y frenar para evitar invadir los otros carriles o acabar chocando contra un árbol. Lo ideal es advertir que vamos a detenernos con el sistema de luces de emergencia del vehículo.
- Asegurar el lugar del accidente: ponerse el chaleco reflectante, colocar el triángulo de advertencia a la distancia recomendada y, en caso de daños personales, iniciar las medidas de auxilio necesarias.
- Avisar a la policía: advertir a la policía o entidad responsable de la zona para que retiren el animal o animales accidentados, para no entorpecer ni poner en peligro la circulación del resto de vehículos.
- Observar las normas de protección animal: notificar el accidente en cualquier caso y aunque no existan daños aparentes, para que los responsables de la zona puedan localizar y atender al animal herido, si resultase necesario.
Fuente: blog.racc.es