Las orejas despegadas, o popularmente “orejas de soplillo”, se pueden tratar quirúrgicamente o bien mediante sencillas prótesis de silicona que se venden en farmacias.
El motivo para su tratamiento es siempre psicológico. Un informe del hospital universitario de North Staffordshire, en el Reino Unido, recoge que la supresión de las orejas de soplillo en niños entre los 5 y 16 años de edad logra acabar con el bullying en el 100% de los casos. Y que los niveles de felicidad aumentan en un 97%, la autoconfianza en un 92% y la vida social en un 79%.
TRATAMIENTO CON APÓSITOS DE SILICONA:
Se venden en muchas farmacias y los ha popularizado una emprendedora extremeña que, preocupada por el escaso éxito de la solución con esparadrapos que utilizaba para sujetar las orejas de su hija, se decidió a diseñar sus propios apósitos. Consiguió la colaboración de la Universidad de Extremadura y la de Alicante, con las que durante 3 años desarrolló unas pequeñas prótesis de silicona comercializadas como Otostick.
Otostick es una prótesis adhesiva y transparente, similar a una lentilla, que se puede usar desde los 3 años de edad. Su equilibrio entre elasticidad y rigidez permite mantener en la posición adecuada las orejas. Está hecha de materiales hipoalergénicos.
Puede aguantar una semana sin despegarse y el efecto estético es inmediato. Pero la corrección de la desviación de los cartílagos requiere más de seis meses y es más efectiva cuanto más pequeño es el paciente, ya que el cartílago de la oreja se va endureciendo en la posición correcta.
Hay que considerar que el éxito no siempre está asegurado y que requiere paciencia y constancia. Son necesarios también unos días de adaptación. En el caso de que no solucione definitivamente el problema, al menos permite disimularlo hasta los 7 u 8 años de edad, cuando los médicos aconsejar realizar la operación quirúrgica de remodelado de las orejas.
El producto, una vez reconocido por la Agencia Española del Medicamento, ha obtenido diversos premios, tales como el de Emprendedor XXI de La Caixa y Enisa, o el Premio Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales. Francisca Gamero, la emprendedora, quiere ahora desarrollar una solución apta para las orejas de los bebés, en colaboración con el CDTI.
TRATAMIENTO CON CIRUGÍA:
La otoplastia o cirugia de la oreja más frecuente consiste en hacer una incisión en su parte trasera que permita rediseñar el cartílago. Son los llamados métodos de Converse , Stenström y Pitanguy.
También es posible la intervención sin incisiones y sin recorte del cartílago, sino simplemente realizando puntos de sutura que fijen el cartílago en la posición deseada. Son los métodos de Fritsch y de Merck.
No es extraño que el cirujano opte por operar ambas orejas y así lograr un efecto estético de simetría. La anestesia puede ser general o local, y la intervención no entraña riesgos. Los puntos de dan en el pliegue de unión de la cabeza con la oreja, de modo que apenas queda la cicatriz visible.
La operación es ambulatoria, volviendo a casa el mismo día, y suele durar entre 1 hora y media y 2 horas. Puede provocar moratones, hinchazón y picores. El dolor leve se puede tratar con medicamentos.
En la otoplastia con incisión, el paciente mantendrá vendadas sus orejas entre 2 y 4 semanas hasta cicatrizar completamente. Y al contrario, en la operación sin incisión, las vendas sólo son necesarias una semana.
Es importante mantener los tiempos del vendaje para dar fuerza a los puntos y evitar que la posición vuelva a ser la original. Esto puede resultar especialmente molesto cuando se está habituado a dormir sobre un costado.
Es preferible operar siendo niño a hacerlo de adulto, pues el cartílago aún no ha adoptado su forma definitiva y tiene mayor elasticidad.
Para ampliar información sobre todo lo relacionado con la otoplastia en este enlace.
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