Tenia que hacer un regalo para alguien que tiene de todo y que es muy complicado. Y nunca se me ocurre que regalarle (a no ser que me ayude su hermano), así que éste año me decidí a hacerle un regalo único y personalizado.
Para hacer la tarta, primero tenia que pensar en como es él: un hombre colgado a un móvil, alguien que se me duerme a la primera de cambio, un tipo estupendo,... Lo tenía claro, le haría durmiendo y enganchado a su móvil. Y así surgió la idea de esta tarta
El sofá es bizcocho de chocolate cubierto de fondant negro.
Estuve semanas diseñando el muñeco. Tuve que cambiar una vez la cara pues no me terminaba de convencer.Como sabía que no se iba a comer el muñeco, decidí que lo mejor era darle una capa de laca para endurecerlo y así darle un brillo peculiar.
A las 12 de la noche, el primer regalo que recibió fue está tarta. ¡Qué bien te sientan los años, coñé!
Igual de importante que es saber defenderse, demandar y reclamar, así también es de vital importancia el expresar sentimientos. Este tema cuesta a muchas más personas de las que se cree y aquél que lo haga estará demostrando que posee realmente una sana autoestima. En cualquier caso, se puede comenzar aplicando estos sencillos trucos que describimos a continuación.
Muchas veces, el comprobar que estamos comportándonos bien hace que también nos vayamos sintiendo progresivamente mejor con nosotros mismos. Si te cuesta expresar honestamente tus sentimientos, pueden serte útiles los siguientes puntos:
Acostúmbrate a formar frases que comiencen por: “quiero”… o “me gusta…” “no me gusta…”, “me siento…”, etc. Trata de incluirlas en tu conversación habitual, hasta que ya no te resulte extraño utilizarlas.
Intenta comprobar el significado o los sentimientos que subyacen a los comentarios del otro: “¿Sentías que te criticaba cuando dije…?”
No dejes pasar situaciones confusas sin clarificarlas. Si algo te ha “mosqueado”, sorprendido, alarmado, etc., pide aclaración inmediatamente. Es más fácil expresar tu malestar en el momento, que si tienes tiempo para darle vueltas.
Acostúmbrate a utilizar frases reforzantes para el otro. Si algo te ha gustado, házselo saber; si le aprecias, intenta comunicárselo. A veces es más difícil expresar frases positivas que negativas.
Como alternativa a estallar en ira ante una controversia, apréndete de memoria esta fórmula: “Estoy enfadado porque…… Me gustaría que…”
Si te cuesta mucho expresar sentimientos, fíjate, mientras lo estés haciendo, en tu conducta externa: cómo modulas la voz, intentando hablar lentamente; cómo respiras (puedes realizar una inspiración profunda antes de comenzar cada frase. Te saldrán más fácilmente las palabras); qué postura adoptas y qué haces con tus manos, etc. Intentamantenerte relajado/a. El fijarte en tu conducta externa hace que no estés tan pendientede lo que tienes que decir, y, a la vez, que lo digas de forma más adecuada.
Una buena expresión de los propios sentimientos debería de incluir: tus necesidades, tus deseos, tus derechos y cómo repercuten las distintas situaciones en ti. No debería de incluir excesivos reproches, un deseo de herir y autocompasión. Estas últimas enmascaran tus sentimientos y hacen que la otra persona te entienda mal.
Fuente: Libro "La Asertividad: Expresión de una sana autoestima" de la autora Olga Castanyer.
C. Marco