Revista Psicología

¿Cómo funciona la memoria?

Por Centro Psiconet

“¿He cerrado el coche?”, “He ido a la cocina y luego no me acordaba para qué”, “He ido al supermercado a por café y he traído de todo menos café” … son algunas de las frases que oímos muy frecuentemente, especialmente de aquellos que se quejan de la disminución o falta de memoria.

La memoria cambia a medida que vamos envejeciendo, pero es algo que si entrenamos a diario puede mejorar. Nadie puede recordarlo todo. Las técnicas que ayudan a mejorar la memoria no prometen menos olvidos, pero si consiguen cambios positivos.

Cuando hablamos de la memoria, es importante tener en cuenta que se compone de:

  1. Memoria sensorial. Es la encargada del reconocimiento de lo que vemos, oíamos, tocamos, olemos o probamos.
  2. Memoria activa. Es la pequeña cantidad de información que puede retener la mente en un momento determinado. Son datos que son eliminados rápidamente a no ser que sean repetidos o almacenados en la memoria a largo plazo.
  3. Memoria a largo plazo. Es la parte de la memoria con mayor tamaño, pues el espacio es ilimitado. No son solo los datos almacenados hace tiempo, sino que también se almacenan aquellos ocurridos en los últimos minutos.

Para recordar, necesitamos recuperar la información almacenada. Por ello es conveniente que podamos tener una buena:

  • Codificación. Proceso por el cual conseguimos que la información sea almacenada adecuadamente en la memoria a largo plazo. Para ello, podemos fijarnos en dos aspectos importantes que condicionan cómo es dicha codificación:
    • Atención. Cuanta más atención pongamos a la hora de recordar, más podremos recordar.
    • Asociación. Ya seamos conscientes o no, cuando conseguimos conectar la información a otros datos conocidos y relevantes que ya tenemos, nos facilita el recuerdo posterior.
  • Recuperación. Proceso que consigue que la información pueda pasar de la memoria a largo plazo a la memoria activa. Hay dos maneras de tratar de recuperar la información:
    • Reconocimiento. Detectar la información que se nos presenta como algo que ya conocemos.
    • Recuerdo. Búsqueda de la información que hemos almacenado en la memoria a largo plazo.

Algunas de las causas o motivos por los que nos podemos olvidar de la información pueden ser cuando:

  • La información solo llega a la memoria sensorial.
  • Los recuerdos se pierden al recibir información demasiado parecida.
  • Apenas hemos asociado la información con los conocimientos previos.
  • Los datos recordados se han recopilado de manera incorrecta.

Por último, entre los factores que pueden influir en la memoria, podemos encontrar:

  • Esfuerzo: atención, distracciones, inactividad, expectativas negativas, falta de organización…
  • Problemas emocionales: depresión, ansiedad, estrés…
  • Salud: enfermedades físicas, medicinas, problemas de los órganos sensoriales, cansancio, alcohol u otras sustancias…

Fogler, J. y Stern, L. (2007). ¿Dónde he puesto las llaves?: como recordar lo que se te olvida y no olvidar lo importante. Barcelona: Paidós.


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