Llegan las fiestas navideñas y perdemos un poco el control de lo que comemos, entre los dulces navideños, ricas cenas y comidas entre familiares y amigos, nos preocupamos exclusivamente de pasarlo bien y de juntar a la familia. Nos olvidamos un poco de las dietas, tener una alimentación sana, el colesterol, la hipertensión y otros problemas que no queremos tener demasiado en cuenta y puede pasar que nos excedamos en cosas que quizás no nos convegan. Pero siempre es importante cuidarse y es necesario saber cómo guardar la línea en Navidad sin perder esa alegría que mana en las fechas navideñas.
En primer lugar hay que tener claro que guardar la línea no equivale con no comer sino con qué comer. Es mejor tomar medio kilo de pavo una noche que un trocito de turrón acompañando el café. Por ello os voy a dejar estos sencillo trucos para que os sea más cómodo manteneros en línea estas fiestas.
Centrate en las proteínas
Si queremos saciarnos y tener esa sensación festiva que tanto nos gusta de panza llena, lo mejor es centrarnos en los alimentos ricos en proteínas. Generalmente no engordan nada y nos alimentarán estupendamente. El pavo es nuestro gran aliado esta Navidad. Es una de las carnes más magras que hay y cocinarlo al horno es de los métodos más sanos. Despreocupaos de los mariscos, dado que también son muy bajos en grasas. Si no tenéis problemas de ácido úrico podéis hartaros de gambas, gambones, langostinos, carabineros, centollos, bueyes de mar, nécoras, almejas…..mmm se me hace la boca agua
Apuesta por la plancha
Esos días entre fiestas aprovecha para ahorrarte calorías. Para ello esconde la freidora, el pan rallado, las patatas, las croquetas y alíate a la plancha. Apuesta por unos filetes magros de pollo, de ternera o de pescado con un buen aceite de oliva virgen y una ensalada.
Esconde el turrón
Si no hay visita en casa, esconde ese plato de polvorones y turrones que te gusta tanto dejar en el centro de la mesa. Es una tentación constante que conviene eliminarla si no hay que agasajar a invitados.
Ahórrate el alcohol
Si no es un día clave, en vez de terminar las comidas con un chupito o un digestivo, prueba a hacerlo con una infusión. El agua caliente después de comer ayuda al cuerpo a diluir las grasas y a digerirlas mejor. Por lo tanto, cuando acabes de comer o de cenar, prepárate una buena menta poleo, un té o una manzanilla.