Hoy vamos a hablar del abono orgánico. Encontrar un abono óptimo para nuestros cultivos no es tarea fácil. Por eso vamos a repasar paso a paso la mejor manera de hacer nuestro propio abono orgánico en casa para mejorar nuestros cultivos comestibles y nuestras plantas ornamentales.
Por qué es importante el abono orgánico
El suelo o la tierra que tenemos a nuestra disposición (en nuestro terreno, patio, balcón o en macetas) así como la tierra que podemos comprar en la mayoría de las tiendas de plantas decorativas no suele ser siempre la mejor.
Esto es así por diferentes motivos: drenaje, nutrientes, clima, historial. Pero esto no significa que no se pueda mejorar la calidad del sustrato.
Y en caso que nuestro suelo o tierra sea relativamente buena, siempre podemos mejorar sus nutrientes con abono, lo cual repercutirá directamente en la productividad de los cultivos, ya que además de agua y sol, todas las plantas (alimenticias, medicinales, ornamentales) necesitan nutrientes.
Estos los absorberán directamente del suelo, y a medida que este suelo sea mejor, la calidad de las plantas (tamaño, belleza, propiedades nutricionales y medicinales, principios activos) también lo será.
Es cierto que todo esto podría, en parte, atribuirse a los abonos no-orgánicos o fertilizantes. Pero la diferencia principal es que los abonos orgánicos no contaminan las aguas subterráneas ni alteran el entorno.
Los abonos orgánicos ayudan a asimilar todos los nutrientes necesarios de las plantas, optimizan los “recursos” energéticos (principalmente la luz y el agua) y son aptos para todo tipo de suelos.
Diferencias entre el abono orgánico y el fertilizante químico
La diferencia principal entre el abono y el fertilizante es que mientras el primero es natural el segundo es químico. Esto no quiere decir que todo lo natural sea sano y todo lo químico no, porque eso no es en absoluto cierto.
El cianuro puede ser mortal y ser natural, mientras que un complemento vitamínico puede ser químico y beneficioso para el bienestar y la salud del que lo consume.
Dicho esto, otra de las diferencias y una de las principales consecuencias negativas del fertilizante (el abono, de hecho, no tiene efectos secundarios negativos) es que es contaminante. Ya sea por el exceso de nutrientes que pueden alterar los ecosistemas de los ríos y arroyos, como por el hecho de contaminar, como decíamos, las aguas subterráneas.
Otra diferencia, en este caso de forma, es que el abono se aplica directamente sobre el suelo, mientras que los fertilizantes necesitan agua para poder disolverse y llegar a los cultivos.
Hacer abono en casa paso a paso
Ya hemos explicado en otras ocasiones diversas maneras de hacer compost o fertilizantes naturales, pero hoy vamos a hablar de la más sencilla.
En el patio o jardín buscamos una zona bien aireada. Ahí colocamos un cajón de madera. Puede ser uno de frutas reciclado o podemos hacerlo nosotros mismos, por ejemplo con madera de pino de palets (también reciclados).
Colocamos tierra en una cantidad aproximada de 8 centímetros de altura. Sobre esta base vertemos todos los residuos orgánicos vegetales: pieles de zanahorias o patatas, café usado, pieles de frutas, etcétera. Es importante recordar que los residuos animales no son recomendables, ya que harán que se pudra el compost, a excepción de las cáscaras de huevo que deben ser limpiadas con agua y trituradas antes de añadir al compost.
Cada vez que añadimos residuos nuevos los tapamos con un poco de tierra.
Es importante que cada dos semanas aproximadamente removamos nuestro compost casero para que se airee bien.
Llevará unos 4 meses más o menos, dependiendo también del clima, el momento del año, etcétera, desde la última adición en estar listo. Por eso no es mala idea, una vez lleno tener un recipiente B para ir “alimentando”, para que pase tiempo suficiente para estar listo.
Teniendo dos compost además conseguiremos tener abono natural por más tiempo, ya que no debemos empezar de cero, sino que tendremos siempre uno “activo” y otro listo para usar.
Diferencias entre el abono casero y el abono profesional
Existen otros tipos de abonos que si bien son orgánicos y naturales, están hechos de manera profesional. Estos abonos se diferencian principalmente de los caseros por el hecho de tener una cantidad de nutrientes mucho más concentrados, por lo cual a la hora de buscar resultados más inmediatos, por ejemplo para un cultivo nuevo o para una situación en la que no tenemos espacio para nuestro propio compost, son la mejor opción.
Además, si no nos tomamos muy en serio nuestro compost y le otorgamos el cuidado necesario, puede acabar pudriéndose antes de llegar a ser un fertilizante natural y un complemento para nuestro suelo o tierra.
En este caso, es mejor optar por un abono orgánico profesional.
Este post es autoría de Ecocosas puedes ver la entrada original en Cómo hacer abono orgánico en casa