Desde que nuestros hijos nacen, estamos deseando que llegue el momento en que prueben otros alimentos (además de la leche, base de la nutrición infantil). Y cuando llega el día, probablemente llegue la decepción…”pone caras raras”, “no le gusta”, “lo escupe”, “cierra la boca”… y cuando crecen, hay épocas en las que la situación no cambia …“No quiero”, “no me gusta”, “qué asco”…
Ahí van algunas recomendaciones de nutrición infantil que te servirán de mucho:
No obligar
Sean bebés o niños mayorcitos, no hay que obligarles nunca. Cuando son bebés, es normal que no les gusten los nuevos sabores. Están acostumbrados a una nutrición infantil dulce, suave y cálida, la leche. De repente les damos una cucharada de fruta, muchas veces ácida, de textura muy diferente y fría…
Es importante que la hora de comer no se convierta en un martirio o una batalla campal ni para el niño ni para los padres. He visto como padres le daban la papilla al bebé hasta la última cucharada, “da igual si llora, da igual si vomita, se la tiene que terminar”. No, eso nunca debe hacerse. Aunque sea un bebé se debe respetar si hay algo que no le gusta o si ya no tiene más hambre. Es clave en la nutrición infantil.
No dejar de ofrecerle
No hay que dejar de ofrecer. Varios estudios sobre nutrición infantil concluyen que la aceptación de los alimentos mejora con el número de exposiciones. “Un alimento tiene que ser probado entre 10 y 15 veces para ser bien aceptado”.
Lo que podéis hacer es variar la manera de dársela (trocitos, puré, chafada, cocida, cruda, zumo, licuado, junto a otros alimentos…), quizá le guste más de una manera que de otra.
Si el bebé come 2 cucharadas y ya no quiere más, no pasa nada. Al día siguiente lo volvemos a probar. Quizá coma 3 o coma 1, pero el caso es que pruebe, experimente y aprenda. Seguimos probando cada día sin obligar. Si vemos que con la papilla es imposible, probamos más adelante con fruta chafada o a trocitos, quizá le guste más así y podamos mejorar su nutrición infantil.
Dar ejemplo…
Una de las razones por la que, para una buena nutrición infantil, es recomendable comer en familia, es porque nuestros hijos nos imitan (en lo bueno y en lo malo). Por tanto, si ven que nosotros no comemos fruta o no nos gusta la verdura, probablemente a ellos no les apetezca probarla.
En cambio, si ven que la fruta y la verdura forman parte del menú diario de la familia, tarde o temprano la aceptarán. Comerán más o menos, les gustará más unas que otras, es normal, también ellos tienen sus gustos y preferencias a la hora de comer.
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