Hace poco presenté aquí las tres dimensiones de una compra inteligente. Algunas lectoras me han pedido que explique un poco más el proceso de las preguntas para encontrar el producto perfecto. Con cuatro preguntas sencillas puedes llegar a una solución bastante rápido.
¿Realmente lo necesito?
Es la pregunta más difícil de todas, porque está relacionado con tus sueños y expectativas. El impacto de la publicidad, tus sueño de ser diferente de lo que eres y la presión del grupo muchas veces se disfrazan de necesidad. La pregunta real es si lo vas a utilizar y si lo harás regularmente. ¿Irás a correr con estas zapatillas? ¿Te pondrás este vestido en el trabajo? ¿Cocinarás con este wok?
¿Tiene que ser mío?
Si necesitas un taladro para las reformas en tu casa tienes dos opciones: puedes comprarte un taladro, o puedes pedírselo prestado a tu padre o tu vecino. Este sistema en algunas ciudades también ya existe a nivel comercial: hay tiendas que te alquilan las herramientas, sabiendo que muchos clientes no las podrían comprar. También se pueden alquilar bicicletas, coches, trajes de noche, disfraces y un sinfín de otras cosas. Y si existe la opción cerca de ti, por qué no aprovecharlo?
Ejemplos: Blablacar, SocialCar, Alquiler de Vestidos.
¿Tiene que ser nuevo?
Probablemente tienes tiendas en tu armario que no has utilizado en años y que están en perfecto estado. Pues a otras personas lo pasa lo mismo. Así que se inventaron los intercambios de ropa y las tiendas de segunda mano, para dar otra oportunidad a lo que todavía tiene mucha vida por delante. Donde antes solo se compraban coches de segunda mano, hoy encontrarás sofás, ropa de bebé, teléfonos móviles, bicicletas y lo que te puedas imaginar.
Ejemplos: Grownies (ropa de niños), Truequebook, Renueva tu Ropa, Creciclando…
¿Lo puedo conseguir ético?
Los productos éticos son aquellos productos que respetan a las personas y al medio ambiente en su proceso de producción y transporte. Algunos de estos detalles se pueden certificar para demostrarlo con un logotipo específico (como el ecolabel, el logo del comercio justo etc…), otros detalles dependen de la integridad de la empresa. Infórmate de dónde viene y como ha sido fabricado lo que vas a comprar para no apoyar algo que no quieres fomentar.
¡Qué dure muchos más!
Hay momentos en los que necesitas un producto nuevo, para ti y no existe alternativa ética. En vez de bañarte en remordimiento, asegúrate que lo que compres sea duradero. Quizás tiene una garantía de 5 o 10 años, quizás está fabricado de un material indestructible, sea lo que sea: al evitar tener que comprarlo nuevamente en el futuro también minimizas tu impacto a largo plazo.
Recuerda: ¡Cada compra es un voto!