¡Muy buenos días! Quisiera empezar el post de hoy con una serie de preguntas que, quizá, os resulten un poco extrañas. Quería preguntaros, ¿hacéis la compra solos u os acompaña alguien de la familia?, y... ¿lleváis lista de la compra?
Seguro que os estará pasando por la cabeza, ¿por qué nos hace estas preguntas? La respuesta es muy sencilla, estas preguntas nos hacen ver la importancia de una acción que raramente pensamos e influye directamente en nuestra alimentación y no es otra cosa que la compra.
Que llevemos o no una alimentación saludable, aunque no lo creáis, está totalmente relacionada con una compra inteligente. Esta compra tiene que ser económica a la par que nutritiva. Pero sabemos que realizar la compra no es tan sencillo, ya que es una acción que nos lleva tiempo, que no siempre tenemos, y siendo realistas nos gusta la comodidad, cuanto más cerca esté el supermercado mejor. De hecho, por estas dos razones, últimamente está ganando el terreno la compra online, ya que no nos lleva apenas tiempo y además ¡nos lo traen a casa! A la hora de comprar, también tenemos que tener en cuenta el precio de los productos que compramos y las ofertas que nos ofrecen los distintos supermercados, qué alimentos necesitamos y en qué cantidades, etc.
De hecho, esas ofertasy la gran publicidadque tienen muchas marcas y supermercados hacen que a veces piquemos y caigamos en la tentación de comprar cosas que realmente no necesitamos. Pero para evitar estas tentaciones, tenemos un recurso a nuestro favor: la lista de la compra. La lista de la compra es algo esencial, en primer lugar para que no nos olvidemos nada, y en segundo lugar, como he mencionado previamente, para no acabar comprando algo que realmente no necesitamos.
Pero si queremos llevar una alimentación saludable, no podemos apuntar lo primero que se nos viene a la cabeza que sabemos se nos ha acabado, no. Lo primero que debemos hacer antes de hacer la lista de la compra es haber realizado un menú semanal o mensual(eso depende de cada uno) gracias al cual sabremos si llevamos unas pautas saludables según las recomendaciones. Además, deberá tener en cuenta quiénes son los que comen en casa, además de sus preferencias y necesidades (no es lo mismo la alimentación de un niño pequeño que la de una persona mayor). También debemos tener en mente el número de comidas que realizaremos en casa. Todo ello nos facilitará la tarea de hacer la lista de la compra, que es nuestro siguiente paso después de dicha planificación.
Un truco a la hora de realizarla es tener un cuadernito o una pizarra a mano en la cocina donde podamos apuntar cosas de primera necesidad (no sólo comida, sino productos del hogar o de limpieza) que se van terminando y que completaremos antes de ir a la compra con lo que veamos que vayamos a necesitar según nuestra planificación.
Volvamos a la compra y qué factores nos condicionan comprar de más... podemos encontrar otras dos causas. Por una parte ir a comprar con hambre. Seguro que alguna vez habéis oído eso de que ir a comprar con hambre hace que compres más y encima cosas como chocolate, galletas, snacks salados y bollería. ¿Esto a qué se debe? Pues que al tener el estómago vacío estos productos nos llamarán la atención y los compraremos todos, debido a que nuestro cuerpo está demandando urgentemente glucosa y estos productos son los que nos van a aportar azúcar más rápidamente, ¡con todas sus consecuencias!
Por otra parte, ir a comprar acompañado, sobre todo de niños, influirá en lo que compremos. Y en los niños me voy a detener un poco... Para ser sincera, es una muy buena opción ir acompañados de ellos (aunque nos resulte aterrador) porque en el supermercado podemos comenzar a inculcarles unos buenos valores nutricionales gracias a una educación nutricional; pero siempre tememos llevarles ya que nos enlentecen y además sabemos que los niños se dejan llevar por los colores llamativos de ciertos envases y por los dibujos que tienen, además según la edad saben identificar qué productos son los que les gustan y si no cedemos y no les compramos esas chucherías o ese helado o esas chocolatinas que traen un juguete, acaban cogiendo la rabieta del siglo. Para facilitar un poco la labor e ir enseñándoles esos valores, hay una solución sencilla, escoger nosotros un par de productos saludables y luego darles a ellos a elegir de entre esos dos productos y que decidan cuál prefieren. Incluso podemos ir más allá e implicarles desde el principio a la hora de planificar el menú semanal y dejas que ellos escojan un par de recetas o algún que otro ingrediente.
Para ir acabando, tenemos que tener en cuenta que una alimentación saludable no sólo consiste en los alimentos escogidos, sino que también influye la calidad de los mismos y su salubridad.Por ello, el tiempo que transcurre desde que hacemos la compra hasta que llegamos a casa y guardamos los alimentos donde corresponde es un período críticodurante el cual los alimentos pueden alterarse tanto en su calidad organoléptica (sabor, olor, color...) como en su calidad higiénica (contaminación) y nutricional. Para evitarlo os voy a dar unos consejos de en qué orden debemos coger los alimentos cuando estamos en el supermercado.
Lo primero que vamos a coger serán aquellos alimentos que no necesitan frío, como las conservas, la pasta, el arroz, el azúcar, la sal, el aceite y el vinagre, los cereales y las galletas, la leche y las bebidas que no están en las cámaras frigoríficas. A continuación, vamos a coger los alimentos que, sin estar en frío, son perecederos, como son las frutas, las verduras y las hortalizas. Después vienen los alimentos que necesitan frío, es decir, las carnes, los pescados, los yogures y quesos, la pasta fresca y la leche fresca; y por último, deberemos coger los alimentos congelados, que deberemos guardar en una bolsa térmica para no perder la cadena del frío.
Por supuesto, ni en el carrito de la compra ni cuando guardamos la compra en las bolsas, no debemos mezclar los productos del hogar con los alimentos ya que podría suponer una contaminación en el alimento.
Sin embargo no acaba aquí la cosa, para escoger los mejores productos, debemos comprobar las fecha de caducidadpara no comprar aquellos productos cuya fecha esté cercana, a no ser que sepamos que lo vamos a consumir de forma inmediata, por ejemplo el pan de molde, y también debemos revisar que lo que compramos no tenga ningún golpe o abolladura, que el envase no esté roto, ni que esté abombado. Cuando vamos cogiendo los alimentos de las cámaras refrigeradoras y los congeladores, es interesante fijarnos que estén a la temperatura adecuada, y comprar aquellos productos en los que no veamos una condensación, es decir, esa especie de agüilla pegada en el envase ya que esto significaría que ha perdido la cadena del frío.
De camino a casa... lo mejor es no tardar mucho en el regreso. Si tenemos que hacer algún otro recado es preferible hacerlo antes de ir a comprar o bien pasar por casa y dejar la compra, ya que de lo contrario el riesgo de contaminación y que se nos eche a perder la compra es mayor.
Con esto me despido por hoy, esperando que, aunque he contado cosas básicas y que todos sabemos, hayáis aprendido algo nuevo o al menos recordado lo que ya sabíais, que nunca está de más repetir ciertas cosas.
Un saludo y no os perdáis la receta del viernes. :)
Realizado por Cristina Vallespín Escalada.
FuentesConocimientos adquiridos durante la Diplomatura de Nutrición Humana y Dietética.