El sésamo es considerado por muchos el primer cultivo de la humanidad. Es una planta que se pueden encontrar en diferentes regiones del mundo y su uso está adaptado a la dieta de cada uno de los territorios a los que pertenece. En la cocina usamos sus semillas para integrarlas de diferente forma. Hoy os contamos cómo.
Semillas enteras
Están crudas la mayor parte de las veces, por lo que habrá que tostarlas para poder consumirlas. Se pueden tostar en una sartén unos minutos o en el horno, encima de un pan o del plato que estéis preparando. También la podréis comprar ya tostada, así todo será mucho más fácil. La podréis añadir directamente a la receta, ya sea dulce o salada. Es ideal para acompañar carnes, pescados, ensaladas o sopas. Por ejemplo, las podréis utilizar en una rica ensalada wakame o las podéis añadir a este pan de harina integral y centeno .
Pasta de sésamo
Existe una gran variedad de pasta de sésamo desde la pasta de sésamo china a la tahina libanesa. Esta última es necesaria para conseguir un hummus de categoría. La tahina es 100% semilla de sésamo molida. Un consejo que os damos es que compréis botes pequeños, ya que se enrancia fácilmente.
Aceite de sésamo
Es bastante más caro que el aceite normal, por lo que hay que tomarlo con mesura. Queda muy bien para dar un toque especial a una ensalada. Igualmente se puede usar para freir, pero entre el precio y que su temperatura de humo es de 177º no os lo aconsejamos. Además tiene un sabor muy fuerte y es posible que no guste a todos los comensales. También podéis echar un poquito en un guiso para darle un toque especial. ¡Ah! Una última advertencia: se han descrito reacciones alérgicas al sésamo parecidas a las que provocan los cacahuetes, así que si sois alérgicos a este fruto seco, tomad precauciones.
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