Cómo introducir personajes

…como presentar un personaje al lector.

No hay normas obligatorias a las que atenerse, obviamente. Cada maestrillo tiene su librillo. Cada uno lo hace a su forma. Sí, ya lo sé. Pero después de leer mucho, uno se da cuenta de cuando le gusta como se le presente el protagonista. Si como lectora me gusta eso, como escritora tengo que aprender a hacerlo, digo yo. 

Os pongo aquí unos puntos básicos de lo que he ido aprendiendo mediante la experiencia:

No introducir a los personajes antes de que aparezcan. El lector reacciona mejor si va leyendo las descripciones conforme aparecen los personajes. Un mal ejemplo sería este: “Julia se iba a encontrar aquella tarde con el jefe de policías de Kentaga. Tenía que prepararse mentalmente para el encuentro pues sabía que el jefe se había quemado la cara hasta desfigurarse en una explosión hacía tres años”. El efecto es mayor si sencillamente le ve entrar por la puerta con esa cara quemada.

Una vez que el personaje aparece, no pares la acción para contarnos su historia. Mejor revélala a través del diálogo o del contexto.

Del mismo modo, cuando estés estableciendo una escena y das al lector una descripción de lo que hay a su alrededor cuéntanos cuál es la reacción de nuestro personaje ante eso (si el personaje no reacciona, significa que no es importante). Es mucho más efectista si explicas que: “el aire fresco que entraba por la ventana hacía que el sudor se le quedara frío sobre el cuerpo hasta casi formar una capa de hielo”, que decir: “la noche era fría”.

Recuerda que el lenguaje corporal y la entonación pueden contarnos mucho sobre una situación en vez de decirnos lo que los personajes piensan en cada momento. Cuando tienes a dos personajes juntos hablando, su diálogo y su acción nos cuentan una parte, y lo que no dicen y no hacen nos cuenta otra parte ¿Cómo reaccionan estos personajes entre sí?

Por último, recuerda que tus personajes son lentes a través de las cuales aprendemos sobre las acciones y el mundo. Son como cuentacuentos. Son como espejos de la realidad.