El ritmo de vida actual genera numerosos desafíos para las sociedades modernas, muchos de ellos relacionados con para la preservación de la biodiversidad y el futuro del Planeta.
El aumento de la población y su presión sobre los recursos naturales, los ineficientes modelos de producción y consumo, la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que fomentan el cambio climático, son problemas que se han trasladado a las ciudades, a los que se suman retos como la exclusión social y la desigualdad de oportunidades.
Desde distintos estamentos se toma conciencia de todo esto y, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se incorpora el ODS 11 – Ciudades y Comunidades Sostenibles, como estrategia para hacer frente a dichos desafíos.
En los últimos años, diferentes políticas gubernamentales han introducido algunas medidas para lograr la consecución de cada una de las metas de este ODS, entre las que destacan las relacionadas con la economía circular, modelo que tiene mucho recorrido para ser implementado en nuestras ciudades.
Numerosas urbes se encuentran poniendo en marcha prácticas circulares en la actualidad, lo que supone una importante fuente de inspiración para conocer cuáles de estas medidas son susceptibles de implementarse en nuestra ciudad y aprovecharnos así de lo recorrido por estas iniciativas.
Vamos a identificar a continuación las principales líneas de actuación puestas en marcha y basadas en fundamentos de la economía circular:
1. Proyectos de gestión de materiales y residuos
Es generalizada la existencia de iniciativas enfocadas a mejorar el aprovechamiento de los materiales (tanto usados como sin utilizar), lo que ayuda a alcanzar un empleo de los recursos más ecoeficiente y un ahorro considerable en la adquisición de insumos.
También se apuesta por el aprovechamiento de los residuos urbanos (aguas residuales incluidas) para incluirlos en nuevos procesos productivos o, en última instancia, proceder a su eliminación del modo más sostenible posible.
Ejemplos: Austin Materials Marketplace de Austin (EEUU), la Herramienta de Ciclo ascendente circular de Rotterdam (Países Bajos) y las medidas instauradas en las cuatro megaciudades chinas para reducir el consumo de agua y los vertidos de aguas residuales
2. Proyectos de desarrollo y cooperación empresarial
Resulta fundamental diseñar estructuras que pongan en contacto a los diferentes actores económicos que participan en las ciudades ya que ello facilita la implementación de prácticas circulares en cualquier región del mundo.
Tanto es así que es muy frecuente encontrar plataformas u organizaciones que fomenten esa cooperación entre empresas y de estas con los gobiernos de las urbes.
Ejemplos: El Recycling Economic Development y el (Re)Verse Pitch de Austin (EEUU), el Green Business Network y el Scottish Institute for Remanufacturing de Glasgow (Reino Unido) o el Beyond Sustainability Group de Haarlemmermeer (Países Bajos)
3. Proyectos sobre el uso eficiente de la energía
Es preciso indicar la creciente concienciación sobre los efectos negativos que tiene sobre la sostenibilidad de nuestro estilo de vida el uso de energías no renovables y, por ello, estas ciudades llevan a cabo diversas iniciativas que persiguen la reducción o eliminación del uso de energías fósiles (controles de medición) y su sustitución por energías renovables.
Gracias a la reducción del uso de este tipo de energías poco sostenibles se consigue disminuir la cantidad de residuos contaminantes, lo cual repercute muy positivamente en otras iniciativas circulares como el tratamiento de desechos y su uso como materias primas en los procesos de producción.
Ejemplos: La electrificación del transporte en la ciudad de Bruselas (Bélgica), los esfuerzos de las 4 megaciudades chinas para reducir el consumo de energía por unidad de valor agregado industrial o los llamados Green Deals negociados entre el gobierno de Rotterdam (Países Bajos) y los responsables del puerto marítimo de esta urbe
Una vez conocidos estos grupos de iniciativas cabe plantearse si estas actuaciones están o no en consonancia con los principios de la economía circular y la sostenibilidad.
Es un hecho que las diferentes líneas de actuación que comparten los ejemplos citados están enmarcadas en el ámbito de la economía circular, ya que una de las ideas más importantes al respecto es la consideración de los residuos como alimentos del organismo productivo mundial.
Esto se puede materializar con esas plataformas de intercambio de materiales instauradas en estas ciudades y los sistemas de gestión de desechos urbanos que persiguen la eliminación total de residuos en las urbes.
El reciclaje y la reutilización de la energía son otras de las claves de la economía circular y en los casos indicados se apuesta por un proceso de sustitución de energías no renovables (contaminantes) por otras formas energéticas totalmente renovables (limpias) de cara a transformar las zonas urbanas en regiones completamente libres de contaminación ambiental.
Uniendo la gestión eficiente de los residuos urbanos y el empleo de energías renovables, se pretende minimizar el tamaño de la huella ambiental y la huella de carbono, ejes fundamentales de las estrategias circulares.
Y todo ello impulsado por una red de cooperación entre entidades públicas y privadas que resulta crucial para el éxito de la introducción de iniciativas circulares en las urbes, por la sinergia que se crea beneficiando tanto a las empresas, mediante la mejora de la eficiencia productiva con innovaciones y las externalidades positivas.
Finalmente es necesario reconocer que estas medidas pueden resultar sostenibles a largo plazo, aunque hoy en día es necesario reforzarlas y hacerlas más eficientes, en particular las relacionadas con el tratamiento de residuos, el uso de energías renovables y los proyectos de uso compartido, tanto en los procesos productivos como en la consecución de un estilo de vida sostenible.
El artículo ¿Cómo la economía circular puede ayudar a nuestra ciudad? Ejemplos prácticos se publicó primero en ecointeligencia - cambia a un estilo de vida sostenible!.