Si hemos comprado los champiñones enteros, llenamos de agua fría un bol o un plato hondo, le echamos un poco de vinagre e introducimos los champiñones. Los dejamos unos minutos, hasta que veamos que han perdido los restos de tierra y piedra con los que han podido llegar.
Se pueden pelar o no, eso va al gusto y las manías, a partir de aquí ya podremos manipularlos como queramos, laminados o sin el pie para hacerlos rellenos, cómo queráis.